Dos enfermos de cáncer de Ibiza, a las puertas de recibir una novedosa inmunoterapia

Un laboratorio europeo está modificando genéticamente sus propios linfocitos para que ataquen al tumor cuando el servicio de Hematología de Son Espases se los infundá a mediados de mes

Antònia Sampol, jefa del servicio de Hematología de Son Espases, en el hospital.

Antònia Sampol, jefa del servicio de Hematología de Son Espases, en el hospital. / HUSE

Dos enfermos de cáncer de Ibiza están a punto de recibir un nuevo tratamiento contra el cáncer. Se trata del CAR-T, una inmunoterapia pero que, en lugar de usar linfocitos farmacológicos, como es habitual, emplea los del propio paciente. «Modificados genéticamente», matiza Antònia Sampol, jefa del servicio de Hematología del Hospital Son Espases, que es quien realiza este tratamiento, lo que le sitúa como uno de los hospitales referentes en España en medicina de vanguardia. Por el momento únicamente está indicada esta terapia para enfermos con tipos de cáncer muy concretos: «Se ha aprobado en leucemia, en algún tipo de leucemia linfoblástica y en linfomas. Pero está a punto de aprobarse en otras indicaciones, como otros tipos de linfoma y el mieloma múltiple».

En estos momentos, los linfocitos de estos dos pacientes se encuentran en una fábrica de terapia celular de Europa, donde los están «entrenando» para que, una vez incorporados de nuevo a su cuerpo, luchen contra el tumor. «Se modifican genéticamente los linfocitos, el sistema inmune del paciente, para que reconozcan el tumor de forma específica y eliminen las células tumorales.

Atacar sólo al tumor

Son los linfocitos del propio paciente los que hacen esa labor como previamente ha tratado de hacer la quimioterapia», explica la especialista, que recuerda que la inmunoterapia —«farmacológica», matiza— se emplea desde hace años: «Fármacos que estimulan el sistema inmune o anticuerpos monoclonales dirigidos contra algunos antígenos de la superficie tumoral. La diferencia, en este caso, es que además de eso, al ser linfocitos del propio paciente activan su sistema inmune contra el tumor», indica Sampol, que insiste en que esto es «mucho más» de lo que se podía hacer con fármacos. «Porque, en cierta forma, lo que se hace es inducir a que las células reconozcan como extrañas a las células del tumor, que antes no reconocía», continúa. Una de las ventajas de este tratamiento es que esos linfocitos atacan al tumor «y no a otras células». Es decir, que no daña los demás órganos del cuerpo. Otra de las ventajas es que puede aplicarse a personas de hasta 78 años, pacientes de edades a las que ya no se realizan trasplantes.

Antònia Sampol detalla que, por el momento, esta terapia CAR-T está indicada para pacientes que no han respondido a otros tratamientos: «Ya les ha fallado la quimioterapia y no responden a nada. Incluso se han probado anticuerpos monoclonales y no hay respuesta». Es el caso, indica, de estos dos pacientes de Ibiza a los que, si todo va bien, se les infundirán estos linfocitos modificados genéticamente a mediados de este mismo mes. Hace unas semanas se les extrajeron en Son Espases los linfocitos, que se enviaron a la farmacéutica, fuera de España, para su modificación. «Ahora mismo estamos en la fase de producción de células CAR-T, se están entrenando y expandiendo», recalca la jefa de Hematología del hospital de referencia de la Comunitat.

Antònia Sampol, jefa del servicio de Hematología del Hospital Son Espases

Antònia Sampol, jefa del servicio de Hematología del Hospital Son Espases / HUSE

Hasta ahora, estos dos enfermos de cáncer de Ibiza han estado siguiendo la terapia puente de forma ambulatoria, pero cuando les infundan los nuevos linfocitos tendrán que permanecer ingresados en Son Espases unas semanas: «En la fase de infusión se quedan hospitalizados entre dos y tres semanas para controlar algunas complicaciones que pueden acontecer».

Esos linfocitos especiales llegan a Son Espases congelados desde la central de producción. «Y entonces es cuando hospitalizamos al paciente para hacerle la infusión», relata la especialista antes de detallar que las complicaciones —«una reacción adversa o algún problema»—, en el caso de que se produzcan, suelen aparecer en los doce primeros días tras recibir esos linfocitos, a partir del segundo. De ahí que el tiempo en el que necesitan tenerlos controlados sea de entre dos y tres semanas. Entre esos efectos adversos tras la infusión destacan las bajadas de tensión, fiebre y falta de oxígeno en sangre, así como una inestabilidad cardiovascular —«hemodinámica»— y del sistema neurológico.

Efecto casi instantáneo

El efecto del tratamiento se ve de forma muy rápida. «Vemos enseguida si se ha expandido el CAR-T con el análisis que hacemos», indica Sampol. Al mes de la infusión se evalúa la respuesta del tumor a la terapia mediante pruebas de imagen, como un TAC. La terapia puede funcionar o no, ser efectiva «parcialmente» o sólo durante un tiempo. Durante el primer año, especialmente durante los seis primeros meses, se realiza una «monitorización estricta» de esas células CAR-T. No únicamente para ver la evolución sino especialmente para anticiparse a una reacaída. Este seguimiento se hace a través de pruebas inmunológicas. Si en la sangre del paciente se ve que la cantidad de esos linfocitos modificados sigue siendo elevada, esto es, persisten en el cuerpo y se van reproduciendo, significa que continúan atacando el tumor. «Es lo que pretendemos, que esos linfocitos aumenten, se expandan. Que se queden y que protejan indefinidamente contra el tumor», señala Sampol. En el caso de que en una de esas pruebas constataran que el número de CAR-T se reduce o, directamente, ya no están en el cuerpo del paciente sería una señal de alarma. Podría ser «el anticipo de una recaída», por lo que se vigilaría al paciente «muy de cerca».

Si la terapia no funciona, algo que puede suceder por diferentes motivos, la última opción para el paciente sería «un trasplante alogénico», esto es, de una persona (emparentada o no) con compatibilidad con él. En el caso de que aún se le pudiera practicar. En ocasiones, indica la especialista, sobre todo en el caso de leucemias linfoblásticas, se plantea esta opción del trasplante antes, incluso, de tener constatada la recaída, cuando ya se aprecia que el paciente va perdiendo esas células CAR-T. «Se trata de anticiparnos», recalca la experta de Son Espases.

Los pacientes de Ibiza no tendrán que desplazarse a Son Espases para el seguimiento: «Se puede hacer desde Ibiza, perfectamente, pero muy en conexión con nosotros. El paciente está allí y sus hematólogos, que están en contacto con nosotros, nos envían las muestras para las pruebas, que se hacen en el laboratorio de Inmunología de Son Espases».

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