Entrevista | Ximena González Ramírez Pediatra de Atención Primaria

Ximena González, pediatra en Ibiza: «Encontrar el secreto para acabar con los mocos sería el milagro de la pediatría»

La pediatra de Sant Jordi imparte hoy, acompañada por la enfermera de pediatría Pilar Llull, la segunda sesión del taller para familias, dedicada a las enfermedades digestivas y respiratorias

Ximena González Ramírezy Pilar Llull, ayer, en el centro de salud de Sant Jordi.

Ximena González Ramírezy Pilar Llull, ayer, en el centro de salud de Sant Jordi. / Toni Escobar

Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

‘Enfermedades respiratorias y digestivas’. Este es el título de la segunda sesión del taller de salud infantil que están impartiendo en el centro de salud de Sant Jordi la pediatra Ximena González Ramírez y la enfermera de pediatría Pilar Llull. La primera sesión se centró en la fiebre y las enfermedades comunes y continuará con ‘Reanimación cardiopulmonar y atragantamiento’ (20 de abril), ‘Accidentes domésticos y primeros auxilios’ (27 de abril) y ‘Enfermedades exantemáticas y dermatitis atópica’ (4 de mayo). Los talleres duran 90 minutos y están diseñados para dar herramientas a las familias para saber cómo deben actuar frente a las enfermedades más comunes que sufren los niños, explica Ximena González, pediatra que llegó a la isla en 2012 por amor. Era ya pediatra en Argentina, en Buenos Aires, y vino a la isla sin saber si aquí podría seguir ejerciendo la medicina o no, una carrera que mamó en casa desde pequeña, ya que su padre también era médico. «Nunca he tenido problemas aquí para ejercer de pediatra», comenta González, que confiesa que se decantó por esta especialidad «porque es la única en la que se ve gente sana». «No está tan relacionada con la enfermedad como con la maduración, el crecimiento, las vacunas... Es la medicina que me gusta a mí, más preventiva», indica la pediatra, que detalla que para apuntarse a los talleres hay que enviar un mail a pllull@asef.es.

Esta sesión se centra en enfermedades respiratorias y digestivas, ¿son las que más ven en la consulta?

Sí. Principalmente vemos fiebre, a la que se dedicó la primera sesión, y luego éstas. El taller está centrado en las enfermedades más comunes en pediatría y destinado a las familias, principalmente a los padres y madres primerizos, que no saben muy bien qué hacer con la primera fiebre y las primeras enfermedades.

¿El objetivo es que las familias sepan gestionar esto en casa?

El objetivo es normalizar estas enfermedades tan comunes y tratar de diferenciar los síntomas importantes que nos pueden hacer acudir a Urgencias de aquellos que nos dicen que algo no es grave y que tenemos tiempo de pedir una consulta para valorarlo con calma y de los que nos indican que podemos gestionar esa enfermedad en casa sin problemas. Muchas veces la fiebre, que es algo que asusta mucho, hace que las familias corran a las tres de la mañana a Urgencias cuando, en realidad, es algo muy común que, generalmente, se puede manejar en casa y acudir después al centro de salud.

¿Otro objetivo es que no se pongan muy nerviosos?

Sí, también explicamos, en el caso de que sea urgente, cómo actuar, cómo tratar a los niños, a dónde ir y cómo calmar un poco la ansiedad en casa. El 90% de las enfermedades en los niños son benignas, no les pasa nada, pero explicamos en qué casos concretos sí hace hace falta salir corriendo a Urgencias.

En el caso de las enfermedades respiratorias, ¿cuáles serían los signos de alarma?

La tos y el moco son lo más frecuente en estas enfermedades. A los niños les llamamos mocosos porque tienen mocos y esto no es ninguna alarma de nada. Contra el moco no se suele hacer nada y contra la tos, tampoco, porque es un mecanismo de defensa. Los niños, y menos los bebés, no tosen, escupen o se tocan la nariz conscientemente. Es un mecanismo reflejo cuando tienen un moco atravesado o les cuesta respirar.

Entonces, ¿cuándo hay que ir al médico?

Cuando la tos es muy pronunciada, cuando se alarga en el tiempo más de una semana, cuando no les deja dormir o comer o si la tos es tan continua que les imposibilita el juego. También cuando tienen fiebre muchos días o si los vemos muy quejosos o apagados. Ahí algo nos está avisando de que ese niño no está bien. Siempre les decimos que ellos son los que mejor conocen a ese niño, ellos saben. Si el nene está corriendo y jugando y, de repente, se frena y tose, no pasa nada. Si por la noche se tumba y tose un poquito más, pero sigue durmiendo, pues tampoco pasa nada, simplemente hay que seguir observando. Lo mismo si les cuesta un poco más comer, pero comen. Evidentemente, si le duele el oído o le cuesta respirar, hay que traerlo en seguida.

¿Y en las enfermedades digestivas?

Suelen comenzar con vómitos y siguen con diarrea y fiebre. Hay que acudir a Urgencias cuando el dolor abdominal es muy intenso, deja postrado al niño y es continuo en el tiempo. Y también si no tolera el agua ni los líquidos o la diarrea tiene moco, sangre o pus. Son pautas de alarma, nos dicen que hay un proceso infeccioso más grave. También hay que ir al médico si la fiebre es muy alta o si, aunque tolera líquidos, tiene tanta diarrea que no quiere comer. Que no haga pipí o que llore sin lágrimas nos advierte de una grave deshidratación. Y ahí hay que venir a vernos.

Cuando son muy pequeños todo es un síntoma de alarma para las familias.

Claro, estamos hablando de niños mayores de un año. En lactantes pequeñitos, con tos, hay que ir al médico. Con una fiebre, hay que venir a vernos. Con vómitos y diarreas, también. Y si tiene menos de tres meses, aún más. No tiene nada que ver la situación con los que tienen siete u ocho años, que no se van a deshidratar, pero un bebé puede deshidratarse en unas horas.

Cuando se puede gestionar en casa, ¿hay que hacer caso de los remedios de la abuela?

En el caso de las enfermedades respiratorias, remedios como antitusivos de venta libre en las farmacias se pueden usar a partir de los tres años, antes no. Remedios caseros, como la miel o la leche caliente, se pueden usar siempre en mayores de un año. En el caso de los bebés que tengan mucha congestión nasal se puede usar solución fisiológica o hipertónica para la nariz o humidificar el aire.

¿Y la famosa cebolla?

Sí, al lado de la cama. Funciona. Genera una humidificación en las secreciones que hace que, generalmente, respiren un poco mejor. Todo lo que no sea invasivo se puede usar incluso para bebés.

¿Y en el caso de las enfermedades digestivas?

Generalmente solemos usar los sueros orales, pero a los mayores de un año se les puede dar Aquarius. Si son más pequeños, que sigan con lo que habitualmente tomen. Si es el pecho, pues pecho. Lo que debemos hacer son tomas más cortas y reducidas para no forzar el abdomen. Otra cosa que se puede tomar son líquidos en pequeñas cantidades y fríos, porque el estómago lo tolera mejor si la temperatura es más baja. Lo que pasa mucho cuando hay vómitos y diarrea es que se tiene mucha sed porque nos deshidratamos y eso nos obliga a beber de golpe, algo que vuelve a generar el vómito. Hay que darles de beber como si fuera un suero, poco a poco, con una jeringa, una cucharita o una pajita. Pequeñas cantidades cada cinco o diez minutos. Eso los mantiene hidratados sin necesidad de vomitar. Si pasa media hora y no vomitan, se les puede aumentar la cantidad. Y si el niño vomita sin beber nada hay que acudir rápido al médico.

¿Ha dicho agua fría? Siempre había oído que para el estómago, mejor caliente o templada.

No, no... Cuando se tienen vómitos es mejor que el agua esté fría. No congelada, pero un pelín más fría que del tiempo. Se tolera mejor. Si te fijas, nosotras tenemos los sueros en la nevera.

¿Ven diferencias culturales en los remedios caseros? Aquí, para el estómago en casa no te dejan tomar lácteos, pero en la India, para lo mismo, te dan yogur.

Sí, sí que las vemos. Incluso yo, que estudié en otro país, veo que se hacían cosas diferentes de las que se recomiendan en España. Aquí se usa mucho la manzanilla y nosotros casi no la empleamos. Hay muchas infusiones diferentes y van muy bien. Supongo que depende de la cultura y de los genes. Imagino que en la India se da ese lácteo por el tema de los probióticos. Nosotros aquí los tenemos y es mucho más fácil recetarle un probiótico a un niño que darle el yogur. Supongo que en la India, depende de la situación de la familia, un niño con tres vómitos se deshidrata mucho más fácil que aquí, donde están más nutridos, tienen más defensas y más vacunas.

Por lo que ve en las sesiones, ¿las familias van muy perdidas?

En general son familias primerizas y vienen con sus bebés. Todo son dudas. Es el tercer año que hacemos estos talleres. Nos ha pasado que los hijos de algunas de las primeras familias tienen ahora tres años , vienen a la consulta y te dicen que le han dado tal cosa, que han hecho esto otro, pero que lo traen para que lo veas porque sigue con fiebre. Ahí ves que los talleres sirven. Da mucha tranquilidad normalizar temas como los mocos o la fiebre. También hacemos otro taller, el próximo...

...sobre reanimación cardiopulmonar.

Exacto, que se celebra el 20 de abril y que es uno de los más demandados. Son talleres que les dan mucha tranquilidad a las familias. También les asustan porque les mostramos situaciones complicadas, como que sus hijos se pueden ahogar, pero les damos herramientas para que estén tranquilos. Los que vienen al taller no van a ir a Urgencias a las tres de la mañana por un poco de fiebre. Además, en Urgencias estarán horas esperando sin motivo. No habrá mucha diferencia si van a los dos días a verme a la consulta. El niño, en esos casos, está mejor con un antitérmico en su cama que esperando cinco horas en Urgencias. Porque si no es algo grave es lo que acabas esperando.

A veces las citas de pediatría en los centros de salud tienen demora.

Sí, pero pueden venir a vernos al centro de salud de urgencia. Somos sus pediatras, los conocemos y manejamos mejor estas cosas. Pero si es una urgencia real, sin dudarlo al hospital, por supuesto.

¿Toleramos poco la enfermedad en esta sociedad?

A ver, la Atención Primaria funciona muy bien. Noto que hay angustia entre las familias cuando no saben a dónde ir ni si quienes les atienden son o no pediatras. En el hospital, si es por una urgencia no lo verá un pediatra, lo verá un médico de familia. Un sábado a las tres de la mañana piensan «¿qué hago?». y acaban yendo al hospital, aunque si no es algo grave es preferible que lo vea su pediatra. Estos talleres sirven precisamente para esto, para calmar esta ansiedad y evitar esta sobrecarga en el hospital por urgencias que no lo son. Muchas veces somos nosotros mismos los que les decimos que si ven que va a peor, que lleven al niño a Urgencias. Si nos lo traen con fiebre el primer día que la tienen no le puedo decir cómo va a ir, sólo cómo está el niño en ese momento. De ahí la importancia de estos talleres, para saber los signos de alarma que les indiquen que deben acudir a Urgencias. Y a qué Urgencias: las del hospital o las del centro de salud. El 99% de las fiebres en un niño no son graves y las familias no necesitan correr a Urgencias.

Ese nerviosismo de los padres ¿afecta al niño que está malito?

Sí, generalmente, sí. Pasa mucho que lo traen a la consulta porque dicen que lo veían muy mal. Pero en la consulta ves que el niño está como una rosa, corriendo de un lado a otro, contento... Ves que el agobio es más que nada de las familias. Ahí tienes que pensar en la importancia de la conciliación familiar. Hay que entender que esos padres y madres tienen que ir a trabajar, necesitan que el niño esté bien, llevarlo al cole o la guarde. Las entiendo, pero la mayoría de las veces esas enfermedades llevan su proceso y su tiempo.

Vaya, que no tienen varitas mágicas.

¡No! A veces los niños no duermen nada bien durante la noche. Y las familias, tampoco, y así es normal que se agobien aún más. A veces hacen falta corticoides y medicamentos, y otras veces sólo calmar la ansiedad de los padres. Explicarles que es un proceso viral, que es normal y que mejorará en poco tiempo. Curas mágicas no tenemos. La fiebre son cinco días de proceso, la tos puede durar hasta dos semanas y para los mocos no hay nada. Si tuviera el secreto para cortar el moco, sería rica y estaría disfrutando de mis millones. Encontrar el secreto para acabar con los mocos sería el milagro de la pediatría.

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