El futuro centro para personas sin techo de Ibiza costará cinco millones de euros

El Ayuntamiento de Ibiza ya dispone del proyecto ejecutivo del centro de baja exigencia que dispondrá de 35 plazas y se encuentra en exposición pública antes del inicio del proceso de licitación de las obras

Zona de aparcamientos en la que estará ubicado el centro de baja exigencia Es Gorg. | AYTO. DE EIVISSA

Zona de aparcamientos en la que estará ubicado el centro de baja exigencia Es Gorg. | AYTO. DE EIVISSA / isaac vaquer. eivissai. vaquer

Isaac Vaquer

Isaac Vaquer

Casi cinco millones de euros costará el centro de baja exigencia de Es Gorg. El Ayuntamiento de Ibiza ya ha terminado el proyecto de ejecución que se encuentra en exposición pública, según publicó ayer el Boletín Oficial de las Illes Balears (BOIB).

El Centro de Baja Exigencia Es Gorg estará en la calle del Padre Josep Manxarell, ocupando un espacio actualmente dedicado a aparcamientos y tendrá unas instalaciones de 1.921,22 m² contando el edificio de planta baja y piso, e instalaciones en cubierta, sobre un solar de 2.059,46 m². Sus usos principales serán ofrecer un espacio de pernoctación y un centro de día para las personas que lo necesiten

Las instalaciones

El proyecto prevé un edificio compacto de planta baja y piso. El inmueble cuenta con un acceso principal con porche para usuarios y un segundo acceso rodado destinado a trabajadores y proveedores que permite dar entrada y servicio tanto a la lavandería y al servicio de emergencias nocturno, como la cocina, despensa y residuos de la equipación.

En planta baja estará la zona de día, según el proyecto se ha buscado «una buena relación entre el interior y el exterior», con la voluntad de aprovechar al máximo la buena climatología de la isla que permite realizar muchas de las actividades del centro al aire libre.

Todas las estancias cuentan con fachada directa al exterior y se han diseñado de forma lineal para facilitar el acceso de unos a otros: salón de actos, aula, centro de día y comedor.

En esta planta se completa el programa con la zona de recepción vinculada al acceso principal, desde donde se accede al resto de servicios que se ofrecerán: consigna, habitación de emergencias, ropero, vestuario y lavandería con su zona de lencería. El programa se completa con las zonas privadas de trabajo: almacén para los servicios sociales de calle, zona de residuos, despensa, office, vestuario con baños de personal, y locales de instalaciones, mantenimiento y limpieza.

En planta primera se concentran todos los espacios de pernoctación, tanto de hombres como de mujeres, con un punto de control único que controla los dos accesos. El pasillo estará en torno a un patio central permitiendo tanto iluminar y ventilar directamente las habitaciones, como proporcionar un espacio exterior para los usuarios. Esta zona de pernoctación cuenta con capacidad para 35 personas (26 hombres y 9 mujeres) distribuidos en 21 habitaciones individuales, 4 de ellas adaptadas con baño interior, y 7 dobles.

Atención a usuarios

La nueva infraestructura cuenta con espacio destinado a las oficinas de los servicios sociales con una zona de espera que da servicio a tres despachos de visitas, y en el espacio de trabajo común de los trabajadores de los servicios sociales.

Respecto a los servicios, el personal del centro tendrá por objetivo la creación de un vínculo con los usuarios para lograr que se vayan incorporando a otros recursos sociales que mejoren sus condiciones vitales.

El presupuesto de licitación de las obras a realizar es de 4.962.175,43 euros y se prevé un plazo de ejecución de 12 meses desde la adjudicación.

Una década de espera y todo tipo de obstáculos

La construcción de esta infraestructura acumula más de una década de retraso, fruto de distintas vicisitudes que han ido prolongando plazos. El 28 de septiembre de 2010 la entonces consellera insular de Política Social del PSOE, Patricia Abascal, anunció que el centro de atención para personas en riesgo de exclusión se iba a abrir en 2012. En la legislatura anterior se retomó el proyecto para lo que hubo que modificar el PGOU de Vila, una decisión que llevó a varios empresarios de la zona a recurrir el procedimiento a la justicia. El proceso llegó al Tribunal Supremo que finalmente resolvió en 2021 a favor del Ayuntamiento de Ibiza, lo que desbloqueó el avance de los trámites para poner en marcha el centro de baja exigencia. Ahora, todavía existe un nuevo obstáculo económico. El Consell de Ibiza no quiso renovar el convenio para financiar esta infraestructura que caducó el pasado 31 de diciembre. La financiación del proyecto depende de un nuevo convenio.

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