Arqueología

El mausoleo romano hallado en Ibiza se trasladará al parque de la Paz y se museizará

Las investigaciones realizadas por el equipo arqueológico dirigido por Rosa Gurrea apuntan a que el monumento funerario, datado a finales del siglo I o principios del II d.C., perteneció a los Cornelius de Ebusus, una importante familia romana que financió la conducción de agua al municipio ebusitano

Presentación del mausoleo encontrado en Isidor Macabich

Presentación del mausoleo encontrado en Isidor Macabich / J.A. Riera

Maite Alvite

Maite Alvite

Los restos del mausoleo romano hallados el pasado otoño durante las obras de remodelación de la avenida de Isidor Macabich se trasladarán esta semana, piedra por piedra, al parque de la Paz, para ser museizados y que la población pueda visitar el que se considera «el hallazgo arqueológico de Ibiza más importante de los últimos 50 años». Lo anunció esta mañana el alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, en la zona ajardinada junto al lago donde se instalará lo que queda del monumento funerario, datado entre finales del siglo I y principios del siglo II d.C. y que podría haber pertenecido a «los Cornelius de Ebusus, una importante familia romana que financió la conducción del agua al municipio».

Hoy mismo el Ayuntamiento de Ibiza tenía previsto «empezar a preparar el terreno para comenzar la obra» y mañana quiere iniciar las labores de extracción de los sillares, que durarán «entre tres y cuatro días», según los cálculos del concejal de Cultura y Patrimonio de Vila, Pep Tur. «Para no descontextualizar el hallazgo, la base de un mausoleo romano turriforme (en forma de torre), se deja lo más cerca posible del lugar donde se ha encontrado y, además, con la misma dirección porque este tipo de monumentos habitualmente se colocaban al lado de vías principales y por aquí tenemos documentado que pasaba el camino de Cas Pous», detalló Rosa Gurrea, al frente del equipo arqueológico.

Rafa Ruiz, durante la presentación, en la zona a la que se trasladará el monumento.  |  J.A. RIERA

Rafa Ruiz, durante la presentación, en la zona a la que se trasladará el monumento. / J.A. RIERA

Paralelamente a esta labor, la administración municipal está trabajando en el proyecto de museización, que incluye la colocación de una valla de una altura de dos metros a un metro del mausoleo, una cubierta con iluminación para protegerlo de la lluvia y la humedad y paneles informativos con explicaciones técnicas e históricas del hallazgo. «El mausoleo tiene entre tres y cuatro metros por cada lado por lo que se ha hecho una reserva de espacio de unos seis por seis metros para que pueda haber un pasadizo interior y otro exterior que permita que la gente lo rodee y contemple el que probablemente sea el único monumento de este tipo que hay en la isla», explicó Tur.

El concejal no se atrevió a dar una fecha de cuándo los restos serán visitables. «Vamos a trabajar para que sea cuanto antes», se limitó a decir.

Como recordó la arqueóloga municipal, Rosa Gurrea, los primeros restos del mausoleo se detectaron «al abrir una zanja de saneamiento en el tramo de la avenida de Isidor Macabich situado frente al parque de la Paz». Allí aparecieron unos sillares de marés de gran tamaño y se decidió paralizar las obras de reforma en esta zona de la vía y desviar una de las canalizaciones para poder continuar excavando más allá de lo previsto en los trabajos de reforma, tarea que se realizó entre octubre y noviembre». «En vista de la entidad del hallazgo y tras pedir permiso al Consell, el Ayuntamiento de Ibiza decidió que convendría sacarlo entero por lo que amplió la cata hasta que salió a la luz la planta cuadrangular de un monumento que desde el principio ya denotaba que podía ser un mausoleo», entre otras cosas, por su ubicación en la que en tiempos romanos fue «área rural periurbana» junto a uno de los caminos de salida de la ciudad.

Hasta llegar a la conclusión de que este monumento funerario podría pertenecer a la familia Cornelius de Ebusus, el equipo de arqueología hizo una labor de investigación tan «emocionante» como lo fue la prospección arqueológica. «Mausoleos aquí no había ninguno y tampoco es que sean habituales en todos los sitios, se conoce uno en Tarragona y otros en Valencia y Cartagena. El de aquí por lo que hemos podido averiguar con la excavación corresponde a una cremación», apuntó Gurrea. «Donde se hacía la pira funeraria para quemar al difunto se construía la cripta para depositar las ofrendas y la urna con los restos de huesos quemados y en torno a ella se levantaba el mausoleo», explicó la arqueóloga municipal señalando la pequeña fosa ubicada en la parte central del monumento.

Hallados huesos humanos

En esta cripta, detalló, «no se han localizado cenizas, ni huesos, solo algunas esquirlas de restos óseos que habían caído al fondo de la pira funeraria y algo de material de cerámica y vidrio muy fragmentado».

Del mausoleo solo se ha hallado la base porque, afirmó Gurrea, «la edificación se vandalizó, probablemente entre los siglos VI y VII d.C., ya en época bizantina». Precisamente en los estratos de vandalización los arqueólogos han encontrado «huesos humanos de inhumaciones» que, según la valoración inicial de un antropólogo ibicenco, podrían corresponder a siete u ocho personas, entre las que podría haber algún niños. «Los pocos huesos que tenemos son muy interesantes porque si se pueden hacer análisis genéticos podremos ver la relación parental que puede existir entre todos estos individuos», afirmó Gurrea.

Este tipo de monumentos funerarios solían ser de familias importantes y, en este caso, se cree que podría pertenecer a los Cornelius de Ebusus. Los indicios que apuntan a ello los han encontrado recurriendo a la información registrada en lápidas funerarias y honoríficas de la isla. En una de ellas, que hasta el siglo XVI estuvo en Ibiza para luego se trasladada a Perpiñán, en Francia, aparecen inscritos los nombres de un padre, dos hijos y cuatro nietos, y a continuación se refiere que esa familia, los Cornelius, han sufragado un acueducto para hacer llegar agua al municipio ebusitano. «El hecho de emplear este último término ya indica que la cronología es posterior al año 74 d.C. porque fue Vespasiano el que declaró Ebusus como municipio ebusitano», detalló.

Marcus Cornelius Avitus

Gurrea habló también de otras dos lápidas de Ibiza documentadas en el siglo XVI que se refieren a la familia Cornelius y de las que actualmente se desconoce su paradero aunque sí se sabe su contenido porque está publicado en el ‘Corpus Inscriptionum Latinarum’ (corpus de inscripciones latinas) que se publicó en el siglo XIX. En una de esas lápidas aparece el nombre de Marcus Cornelius Avitus (que también figura en la lápida de Perpiñán), que indica que la lápida se la dedica a su padre (que se llamaría igual) y que la ha sufragado con el dinero que quedaba de lo que su progenitor había dejado para que le erigieran un mausoleo y le pusieran una estatua de mármol. Esa indicación es clave porque no se conoce otra mención hasta ahora referente a la construcción de un mausoleo en Ibiza.

Aunque en las excavaciones no se ha encontrado ninguna estatua, Gurrea aseguró que hay constancia de que «en el siglo XVIII o en el XIX se encontró en la zona del parque de la Paz el busto de una estatua femenina».

El lugar donde se ha localizado la base de este monumento, cerca del colegio de Sa Bodega, en cuyo solar se encontraron, durante su construcción, los restos de una villa romana con termas particulares que pertenecía una familia importante y pudiente del municipio, hacen pensar que el mausoleo también sería parte de su propiedad y se habría erigido para uno de sus antepasados.

La arqueóloga municipal también mencionó otro hallazgo que se hizo en su momento en las cercanías del monumento funerario y que podría haber pertenecido al mausoleo: «un frontón triangular con un ara (altar) que se encontró embutido en Ca na Comisaría, una casa payesa que estaba donde ahora se levanta el Cetis».

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