La oposición tacha al alcalde de Sant Antoni de «cacique y caprichoso» por la pintura de Okuda

Los grupos de la oposición arremeten contra el alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, por su decisión de cubrir el suelo de la calle Santa Agnès, el centro neurálgico del West, con una obra pictórica del artista Okuda San Miguel, pese a que el pasado mayo el pleno municipal aprobó por mayoría que todas las intervenciones artísticas se debían contratar a través de un concurso público. PSOE-Reinicia califica de «capricho» de Serra la obra de Okuda, Unidas Podemos lo tacha de «cacique» mientras que El Pi, antiguo socio de gobierno del PP, se refiere a una decisión también «caprichosa y autoritaria».

Sólo el concejal de Ciudadanos, José Ramón Martín, también antiguo socio político del PP, considera «una buena iniciativa» la propuesta del alcalde porque «rompe» con la imagen del West. Sólo plantea sus dudas sobre «la durabilidad» de la obra. «Con el precio que tiene, si sólo aguanta una temporada no está justificado. Todo el pueblo piensa que será algo como el Bloop Festival. Si en una temporada desaparece, no creo que sea muy beneficioso», agrega.

Sant Antoni pavimenta la calle central del West para la pintura de Okuda

El coste del proyecto asciende a 220.000 euros. El Consistorio lo financiará con fondos europeos; en concreto, con la ayuda que ha destinado el Govern (tres millones) a Sant Antoni para mejorar las zonas de turismo de excesos. Una portavoz municipal explica que la pintura de es «calidad» y cuenta con «unas resinas especiales que le dan una mayor durabilidad». Además, habrá «un mantenimiento anual para retocar posibles desperfectos», apunta la misma fuente.

El coste del proyecto ascenderá a 220.000 euros y se financiará con la ayuda europea para destinos de turismo de excesos

El concejal de PSOE-Reinicia y candidato a la alcaldía, Antonio Lorenzo, lamenta que el mural se contrate de nuevo «a dedo», sin concurrencia pública, porque «el alcalde se ha emperrado en ello». «Esta pintura se va a hacer en la zona más sucia, con vómitos. Va a quedar destrozada en verano», dice, al tiempo que destaca que la ayuda europea para la mejora de zonas turística de exceso «se debería destinar a cosas más importantes».

El portavoz de Unidas Podemos, Fernando Gómez, sostiene que «nadie ha explicado a Okuda, un artista muy respetado en todo el mundo, dónde va estar su obra y lo que va a sufrir su imagen con la basura, vómitos, gente orinando... lo que es el West». Considera «antidemocrática» la actitud del alcalde, que actúa como «un cacique» al obviar el acuerdo del pleno y «hacer lo que le da la gana sin tener en cuenta lo que quiere la mayoría del pueblo».

Gómez acusa también al alcalde de «mentir» y «tomar el pelo» a los ciudadanos al incumplir su «promesa electoral» lanzada antes de las elecciones de 2019 de instalar pérgolas con vegetación en un West pintado de blanco. Durante la campaña, el PP divulgó un vídeo con el cambio de imagen proyectado en el centro del núcleo urbano, en especial en la calle principal del West. «Ahora se conforma con pintar porque no le da tiempo a hacer lo que prometió», indica. «También dijo que instalaría baldosas, y lo que hay es asfalto como un circuito de Fórmula 1. No nos fiamos. Incumplen su palabra y hacen lo que les da la gana», critica.

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Actuación «temeraria»

Por su parte, el concejal de El Pi, Joan Torres, considera que es «muy arriesgado» dibujar un mural de Okuda en un lugar como el pavimento del West. «Estoy convencido de que si el alcalde tuviera que pagarlo con dinero de su bolsillo, no lo haría». «Es temerario», advierte, al tiempo que señala que esta calle, en la que se han soterrado los servicios, está llena de arquetas y que para cualquier reparación, o la conexión de los locales al gas, se tendrá que «abrir la calle». Por ello, sostiene que «esta obra debería plantearse en las fachadas y laterales de los edificios, pero nunca en la vía pública».

También recuerda que todas las actuaciones previstas con fondos europeos, como la instalación de pivotes eléctricos, se llevan a cabo a través de un concurso público. «En este caso, en cambio, se paga un capricho del alcalde contratado a dedo. Es otra manera de malgastar el dinero público», critica.

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