Ni la crisis económica y política del Reino Unido, ni la incertidumbre que genera la guerra de Ucrania, ni la inflación, ni el elevado precio de la energía. Tanto los políticos como los empresarios que participan en la 43 edición de la World Travel Market (WTM) en Londres, la feria turística más importante del mundo, están seguros, aunque ponen cautelas, de que la próxima temporada turística será buena. Incluso creen que se repetirán los resultados de la de 2022. Y quizás por esa razón, seguros de que salvo imponderables aguarda otro año con ocupaciones muy altas, los empresarios aplicarán a los contratos con los turoperadores alzas que amortigüen la carestía de todos los productos y de la energía.
El presidente de Fomento de Turismo, Alejandro Sancho, calcula que, como media en el sector, se aplicarán incrementos del 10% en los precios de las estancias para 2023. Los empresarios, señala, no han tenido más remedio que repercutir el incremento de costes que han sufrido durante este año y que ha provocado que los resultados de 2022 no hayan sido tan satisfactorios como se cree. Porque una cosa, comenta, es que hayan regresado los turistas y otra que a la hora de hacer el balance algunos hoteleros hayan sido conscientes de que se han dado «una torta fenomenal». O las ganancias han sido muy ajustadas o las cuentas están teñidas de rojo. De ahí que ya en mayo se firmaran con los turoperadores los nuevos precios para 2023, que incluyen incrementos «de dos dígitos»
«Es lógico que los empresarios renegocien contratos con los turoperadores para que sus negocios puedan ser rentables»
Como la inflación aprieta, se trasladará la subida de los costes a los precios, si bien muchos hoteleros ya se adelantaron a este mismo 2022. Antonio Doménech, CEO de Vibra Hotels, explica que su cadena ya repercutió para este ejercicio la inflación a buena parte de sus clientes. Se lo pudo permitir porque la mayoría les compran a través de agencias online (OTA) o en su propia página web, mientras que los que adquieren sus vacaciones a través de turoperadores sólo representan, para este grupo, el 13% de sus ventas. Es a los TTOO a los que este año aplicarán los mayores incrementos, mientras que apenas se repercutirán a quienes adquieran sus estancias a través de otros canales.
La alcaldesa de Santa Eulària y exconsellera de Turismo, Carmen Ferrer, también cree que la inflación sobrevolará «parte» de los precios de la próxima temporada. En los dos últimos años se mantuvieron los establecidos con los turoperadores en 2019 para 2020, el año del covid, de ahí, señala, que se hayan negociado al alza para el próximo año, con «en torno a un 10%» de subida.
Los hoteleros de Formentera han dicho a la titular de Turismo de esa isla, Alejandra Ferrer, que «seguramente tendrán que repercutir» la inflación: «Pero eso hay que recapacitarlo», indica. Juan Miguel Costa, director insular de Turismo, considera que es lógico que el sector traslade el encarecimiento que padecen: «Si fuera sólo un 1% o un 2%, lo normal es que no lo hicieran. Pero estamos hablando de un 8% o de un 10% en los últimos meses. Es lógico que renegocien contratos con turoperadores para que sus negocios puedan ser rentables».
La presidenta de la Federación Hotelera pitiusa, Ana Gordillo, avisa: «Si la inflación sigue disparada, se tendrá que repercutir, no queda otra».
Empieza la venta a plazos: el antídoto contra la inflación
Turoperadores como Jet2Holidays acaban de empezar a vender a plazos para 2023: «Consigue ya el próximo verano por el precio actual», es el lema de la campaña. Y a ver quién no lo tiene en cuenta con la inflación por las nubes y sin intención de aterrizar. «Distribuye el coste del brillo del sol», añade la campaña. El interesado sólo tiene que pagar un depósito de 60 libras por persona. Para un viaje de una semana a Eivissa en julio de 2023 a un hotel de Sant Antoni, debería pagar ese depósito, realizar cuatro abonos mensuales de 147 libras y completar la compra con un pago final de 149 libras. No cobran intereses. En el Reino Unido están muy acostumbrados a estos pagos a plazos de sus vacaciones, pero este año parece que esta modalidad es más indicada que nunca para sortear la inflación, que puede encarecer esas vacaciones más de la cuenta de aquí a medio año.
