El hospital de Ibiza reduce la lista de espera quirúrgica, pero los ibicencos son los que sufren más demora

El porcentaje de pacientes que llevan más de seis meses aguardando una operación en el hospital ibicenco pasa en siete meses del 45,4% al 27,8%

Momentos previos a una intervención en los quirófanos del Hospital Can Misses.

Momentos previos a una intervención en los quirófanos del Hospital Can Misses. / M. T.

Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

El Hospital Can Misses ha reducido en los últimos siete meses la lista de espera quirúrgica. Según los últimos datos publicados en el portal de transparencia del Servei Balear de Salud, actualizados a 14 de este mismo mes, desde mediados de abril ha caído tanto el tiempo que esperan de media los pacientes como el porcentaje de usuarios que superan el tiempo máximo en esa lista de espera quirúrgica, establecido en 180 días. Y desde mediados de marzo también el número total de usuarios en lista de espera.

Eso sí, a pesar de esa mejora de los datos experimentada de forma paulatina desde principios de año, los usuarios de Can Misses son los que más tiempo esperan para entrar en el quirófano: 138,8 días o, lo que es lo mismo, cuatro meses y 19 días. Pero les siguen muy cerca los pacientes del Hospital Son Espases (132,92 días) y los del de Son Llàtzer (124,97). Los dos primeros se encuentran por encima de la demora media del total de la sanidad pública de Balears, que este mismo viernes era de 127,55 días. El hospital público de las islas en el que los pacientes aguardan menos de media es el Mateu Orfila de Menorca, donde este indicador se sitúa en 91,4 días, más de un mes y medio menos que en Can Misses. El segundo con la demora media más baja es el de Formentera, con algo menos de 102 días.

En estos momentos hay 2.581 personas a la espera de una operación quirúrgica en el Hospital Can Misses, una cifra más elevada, un 4,62% más, que la que se registraba a finales de abril, cuando se contabilizaban 2.467. El número actual es, sin embargo, mucho menor que el de usuarios a la espera de una operación que había en marzo: 3.014. Es decir, que aunque ha aumentado un 4,62% en el último medio año, se ha reducido un 14,36% en siete meses, según los datos del Ib-Salut.

La caída más drástica se ha producido, sin embargo, en el número de pacientes que superan la demora media máxima, es decir, los que llevan más de seis meses esperando a que les llamen para operarse. En esta situación se encuentran el 27,8% de los que forman parte de la lista de espera quirúrgica del Hospital Can Misses. Es el porcentaje más elevado de todos los centros sanitarios públicos de la Comunitat, aunque hay que recalcar que las diferencias con el resto no son muy elevadas, salvo con el Mateu Orfila de Menorca y el de Formentera, donde este porcentaje es del 10,4% y del 13,3%, respectivamente.

En los cuatro hospitales de Mallorca (Son Espases, Son Llàtzer, Manacor e Inca) los pacientes que superan el medio año en la lista de espera para una operación suponen entre el 22,3% y el 23,7%. En el total de los hospitales públicos de Balears, hay 3.320 personas en esta situación, el 22,8% de las que están en la lista de espera quirúrgica.

Aunque el dato de Can Misses es el más elevado, hay que destacar la reducción que ha experimentado en los últimos meses. En marzo superaban esa demora máxima cerca de la mitad de los pacientes, el 45,4%, dato que ya se había reducido en diez puntos a finales de abril, un mes y medio después.

Desde el Área de Salud pitiusa han hecho hincapié en los últimos meses en el esfuerzo que se ha hecho para reducir las listas de espera, tanto optimizando los quirófanos con el objetivo de aumentar la actividad quirúrgica, como derivando a los usuarios que más tiempo llevaban esperando a centros privados. Hay que señalar que esto es siempre una opción que se da al usuario, que puede aceptarla o seguir en la lista de espera hasta que le llamen. Estas derivaciones de pacientes están incluidas en el plan de choque contra las listas de espera que la consellera balear de Salud, Patricia Gómez, y el entonces gerente del Servei Balear de Salud, Juli Fuster, presentaron en la isla a principios de año.

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