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Folclore

Regreso a los veranos de ‘ballades a pous i fonts’ en Ibiza

La Colla de Can Bonet vuelve tres años después al Pou des Escarabats para su tradicional fiesta de finales de junio

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Las imágenes de la 'ballada' popular en el Pou des Escarabats, en Buscastell.

Los encuentros populares en pozos y fuentes son una de las expresiones atávicas del folclore ibicenco con las que se agradecía el final de los trabajos del campo en verano junto a una surgencia de agua. Igualmente, los vecinos aprovechaban en estas fechas festividades como San Pere, Sant Jaume o Santa Maria para juntarse de celebración.

A mediados de siglo pasado, esta costumbre quedó arrinconada y hubo que esperar a los años ochenta y noventa para su nuevo impulso, gracias al libro de Joan Marí Tur, Botja, ‘Tardes de ballades a pous i fonts’ (1987). En el caso de el Pou des Escarabats, en Buscastell, la Colla de Can Bonet recuperó este encuentro en el 99 y, desde entonces, quedó fijado en el primer domingo después de Sant Joan.

"La primera ballada se hizo en el camino, literalmente. Cada vez que pasaba un coche, teníamos que apartarnos"

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Entonces, el actual presidente de esta agrupación folclórica, Toni Costa, apenas contaba con once años. Ahora la fiesta se lleva a cabo en un descampado junto al torrente de Buscastell, mientras que el pozo queda al otro lado del Camí des Broll. «La primera ballada se hizo en el camino, literalmente. Cada vez que pasaba un coche, teníamos que apartarnos», recuerda Costa.

Se abre la temporada

El Pou des Escarabats da el pistoletazo de salida a las ballades de verano en 2022, pero normalmente le antecede la fiesta que organiza el sábado posterior a Sant Joan la Colla de Buscastell en el Pou de Corona. Debido a un deceso, no ha podido organizarse este fin de semana.

Hay otras dos citas previas al verano, a principios de abril, a cargo de la Colla de Sant Jordi, en el Pou des Carbó, y de la Colla de Labritja en el Pou des Baladre. Estas fechas, ajenas a la tradición original, ahora obedecen a las respectivas fiestas patronales de Sant Francesc de ses Salines y Sant Vicent de sa Cala.

"En verano, en plena temporada, la gente va muy liada y, aunque apetezca venir a bailar, es muy difícil para muchos"

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Por ello, Xavi Boned y Jordi Escandell, de la Colla de Sant Jordi, ya pudieron disfrutar meses atrás de su primera ballada de pou post covid en ses Salines, al contrario que la mayoría de sus colegas. Boned y Escandell refuerzan en esta ocasión a la Colla de Portmany, que a su vez viene invitada por sus homólogos de Can Boned.

«En verano, en plena temporada, la gente va muy liada y, aunque apetezca venir a bailar, es muy difícil para muchos», explica el presidente de la agrupación de Portmany, Josep Prats. De hecho, debido al trabajo, hace «unos quince años» de su última ballada de estas características, en el Pou Roig de Sant Jordi.

El primer baile

Otros dos balladors invitados son dos jóvenes formenterenses: Lucas Moraleda, de Es Pastorells de Sant Francesc, y Cristian Tur, de Es Xacoters de Sant Ferran. En la menor de las Pitiusas no se recuperaron estos bailes junto a las surgencias de agua, así que este será su estreno.

Maria Sala tenía 13 años en el 99, cuando bailó por primera vez en este rincón de Buscastell. Ahora regresa apurada tras acabar su turno en un hotel y justo al inicio de la velada. «Me hace mucha ilusión después de dos años de pandemia y de diez años sin ir a ninguna ballada de pou», confiesa.

Sala se apresura a juntarse con el resto de los protagonistas. Antes de dar comienzo a la fiesta, los músicos ofrecen una sonada de flaüta i tambor en memoria de Vicent d’en Llucià, un veterano miembro de la Colla de Can Bonet fallecido por covid en 2020.

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