La fuerte tromba de agua que descargó ayer sobre las islas de Ibiza y Formentera, con alrededor de 37 litros por metro cuadrado en Sant Joan, según la Aemet, provocó varios incidentes, algunos puntuales, como un corte de luz en Can Bonet, y otros habituales, como un vertido de aguas fecales en el puerto, caos circulatorio y calles inundadas en Vila.
La lluvia comenzó a caer con fuerza en la capital poco después de las cuatro de la tarde. Enseguida, varias calles (también de Platja d’en Bossa y es Viver, por ejemplo) quedaron anegadas y apenas una hora después una de las bocas del alcantarillado de la ciudad comenzó a verter aguas pluviales y fecales en el puerto, entre los pantalanes situados en la entrada de la zona portuaria y los amarres para grandes yates del Martillo, frente a los Andenes.
La Autoridad Portuaria activó su protocolo de emergencia para estos casos y desplegó barreras para contener el derrame.
Desde el Ayuntamiento explicaron que el vertido procedía de uno de los «aliviaderos de emergencia que se han mantenido abiertos para evitar que en casos de tromba de agua, se inunden los comercios y restaurantes de la Marina y el puerto». Este caudal ha sido previamente «tamizado» en el tanque de tormentas, apuntaron desde Vila, por lo que vertió «agua de pluviales mezclada» con agua fecal, pero sin restos sólidos.
Según la Aemet, ayer cayeron 18 litros por metro cuadrado de lluvia en Formentera, otros 20 litros en Sant Antoni y 13 y litros por metro cuadrado en Vila y la estación del aeropuerto, respectivamente.
Además, la lluvia caló hasta los huesos a los turistas y residentes que esperaban un taxi en la parada de la avenida de Santa Eulària, en el puerto de Ibiza.
Tromba y caos en las calles. La tormenta que descargó en apenas una hora sobre las Pitiusas dejó imágenes que contrastan con los últimos días con temperaturas anormalmente elevadas en las dos islas. 1 Un trabajador cruza a la carrera una calle de la zona de Platja d’en Bossa.
