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Álvaro Palma, en una imagen de archivo de la unidad de Patología DualZowy Voeten

Las asociaciones de Ibiza temen que el cambio de psiquiatra afecte a los usuarios de Patología Dual

Destacan la importancia de la «continuidad» en las terapias y del «vínculo» entre médico y paciente para la evolución favorable de los afectados

"Siempre hemos dicho que no es bueno que cambien de terapeuta. les cuesta muchos crear vínculos y seguir los tratamientos, a veces, es complicado», afirma Antònia Colomar, presidenta de la Asociación de Patología Dual, cuando se le pregunta por la situación en la que queda la unidad de Can Misses tras la marcha del único psiquiatra con que contaba la unidad. La presidenta de la asociación explica que éste no es el único problema con la plantilla que han tenido en los últimos tiempos. «A la terapeuta ocupacional se le acababa el contrato y no la iban a renovar porque no tenía el catalán. Pataleamos, dijimos que la salud estaba por encima de la lengua y no sé si fue por nosotros o por otra cosa, pero al final se quedó», comenta Colomar que se reunió el martes vía telemática con la gerente de Can Misses, Carmen Santos, y la jefa de Psiquiatría, Cristina Merino, que le explicaron cómo se cubrirá esta vacante durante el tiempo que tarden en contratar a otro especialista para la unidad.

Colomar señala que la atención en salud mental «es muy delicada» y más aún en los pacientes que atiende Patología Dual, en los que se combina la enfermedad mental con alguna adicción. O varias. La preocupación que sienten las familias es aún mayor debido al buen trabajo que, asegura Colomar, había realizado Álvaro Palma en estos tres años, desde que se creó la unidad. «Entendía muy bien esta patología y a los pacientes. Era un profesional muy formado y experimentado que llegó a Ibiza después de haber estado trabajando con este tipo de pacientes en otros países. Además, los tratamientos estaban muy avanzados», opina Colomar, que confía en que el psiquiatra que finalmente se haga cargo de la unidad esté igual de implicado que Palma. La presidenta de la asociación es consciente de «las dificultades» que tendrá Salud para encontrar un psiquiatra con el perfil tan concreto que se requiere para esta unidad, que gestiona las terapias de los usuarios que asisten diariamente al hospital de día de Can Misses y de los que se tratan en Formentera, así como del control de los que se encuentran en los pisos tutelados de la Asociación Pitiusa de Familiares de Enfermos Mentales (Apfem) y en el centro penitenciario. «A esa complejidad hay que sumar el elevado coste de la vida en Ibiza y que no todo el mundo está dispuesto a mudarse a la isla», continúa Colomar, que reconoce: «No es posible sacarse un psiquiatra de la chistera».

La asociación pide que la psicóloga que, de momento, estará a media jornada en la unidad se quede una vez incorporado el nuevo especialista. «La estamos pidiendo desde que se creó la unidad. Ésta debería haber nacido ya con este profesional, además del psiquiatra, el enfermero y la terapeuta ocupacional», indica. Aunque no han quedado emplazados para un nuevo encuentro, la gerente de Can Misses les insistió en la reunión en que transmitan «cualquier queja» que tengan durante este periodo en el que tres profesionales del servicio de Psiquiatría se harán cargo de cada una de las áreas de la unidad.

El «bajón»

«Cuando nos dio la noticia nos dio un bajón...», confiesa Antonella Greco, gerente de Apfem, que asegura que en los casos de patología dual «la continuidad es básica». «Para nosotros, un cambio en la persona referente es algo complicado», abunda Carmen Córdoba, directora del área de salud mental de la asociación y la que está más en contacto con los usuarios de los pisos tutelados. Córdoba detalla que el psiquiatra de la unidad acudía cada quince días a estas instalaciones y que, además, «estaba siempre disponible si surgía una emergencia».

Córdoba explica que desde el Área de Salud les han garantizado que los usuarios de los pisos no se quedarán sin esta atención, ya que uno de los psiquiatras de Can Misses se encargará de esta función hasta que se incorpore el nuevo especialista, que deberá establecer el vínculo con los pacientes, algo que en estos casos es especialmente complicado y requiere tiempo. En la asociación tienen la «esperanza» no sólo de que la unidad cuente con un psiquiatra en breve sino de que éste «lo haga tan bien como Álvaro». «Somos conscientes de las dificultades que tiene Ibiza para conseguir personal cualificado con el problema que supone encontrar vivienda. Además, no hay muchos profesionales especializados en patología dual», reflexiona la directora de salud mental de Apfem que, a pesar de todo esto, afirma que están «tranquilos».

Desde la asociación explican que el propio psiquiatra comunicó su marcha a los usuarios de los pisos tutelados, de los que se despidió. Antes de marcharse, el psiquiatra elaboró también un informe muy detallado de cada uno de los chicos que conviven en este recurso con la intención de facilitar la labor, tanto del especialista que se incorpore de forma definitiva como del médico del servicio de Psiquiatría del Hospital Can Misses que se está haciendo cargo de este recurso de forma provisional.

Córdoba destaca no sólo la profesionalidad sino la «cercanía» con la que el responsable de la unidad de Patología Dual atendía a los usuarios de los pisos tutelados. «Ese trato tan cercano es algo que no siempre se encuentra en el mundo de la psiquiatría y que en este caso, en el que la salud mental tiene mucho también de parte social, es básica», indica Córdoba, que, sobre la marcha de Palma, zanja: «Fue bonito mientras duró».

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