Había tantas ganas de ver a los Reyes Magos en Vila que algunas familias se han afanado en tomar un sitio privilegiado mucho antes de que se pongan en marcha las carrozas. Sobre todo después de la escueta visita del año pasado, cuando el protocolo sanitario por el covid limitó la cabalgata real a un paseo en descapotable y a paso acelerado. De hecho, buena parte de la gente que aguarda a Melchor, Gaspar y Baltasar creía que en 2021 se acabó suspendiendo la tradicional cita por las calles de la ciudad.
Es el caso de David y Débora, que a las seis de la tarde, media hora antes del inicio de la cabalgata, esperan con el resto de familiares en una de las mejores esquinas posibles para este desfile, en el cruce de las avenidas de Isidor Macabich e Ignaci Wallis. Les acompaña Paola, Romina y el grupo de los pequeños, formado por dos parejas de hermanos.
Brian, el mayor, de nueve años, confiesa ilusionado que en su carta a los Reyes ha pedido una bicicleta y un par de Nike Jordan. Ainara, de siete, espera un móvil, ropa y zapatillas, mientras que Sofía, de cuatro, quiere una tablet. El más pequeño, Valentín, también de cuatro, cuenta ojiplático que le gustaría un juguete de coches de la Patrulla Canina.
María Consolación y su hijo Pedro también han sido precavidos y a las seis menos cuarto ya han tomado sitio al final de la parada de taxis de la avenida Bartomeu de Rosselló. «Siempre se ponen los adultos delante para coger caramelos y no dejan que los niños puedan verlo», apunta la madre.
No obstante, este año no hay problema para hacerse con un lugar en primera fila. Para facilitar que el público quede más repartido por las calles, el Ayuntamiento de Eivissa este año ha alargado considerablemente el recorrido de la cabalgata.
Prevenciones
Así, a la ruta habitual del puerto a s’Alamera, pasando por las avenidas de Bartomeu de Rosselló, Isidor Macabich y España, se ha añadido todo el tramo de Ignasi Wallis para finalizar junto al colegio Sa Real en vez de en el paseo Vara de Rey. De igual manera, para evitar aglomeraciones en un mismo punto, se ha descartado la tradicional recepción de los Reyes Magos en s’Alamera y los espectáculos de danza, al igual que el lanzamiento de caramelos.
El recorrido tradicional de la cabalgata real se ha alargado considerablemente con la avenida Ignasi Wallis
Otra de las novedades, tomadas por prevención, es que Melchor, Gaspar y Baltasar no desembarcan en el puerto. Omar, despistado, pregunta por el ferri que trae a los Reyes Magos, pero se le informa que llegan con sus carrozas para empezar la cabalgata junto a la estación marítima de Formentera. Omar tranquiliza a su hijo Lucas, de tres años, y se quedan junto a la barandilla de la avenida de Santa Eulària. El pequeño ha pedido un circuito de karts.
Mercè y sus hijos se encuentran incluso más allá de la estación marítima, sin nadie más en las inmediaciones. «Esto sí que es distancia de seguridad», bromea la madre. Los niños acaban de ver a sus majestades en el Centro Cultural de Jesús, donde han ofrecido la función ‘La Màgia dels Reis Mags’, pero siguen completamente entusiasmados esperando a la cabalgata. Gerard, de seis años, y Arnau, de tres, han pedido juguetes para compartir, como un coche teledirigido y un futbolín. También sendas cajas clicks de Playmobil, para uno los vaqueros y para el otro, los indios.
Arranca la cabalgata
Con gran puntualidad, la cabalgata se acerca a la estación marítima. Si alguien no ha atisbado las luces de las carrozas, la pequeña Alma avisa a todos los de su alrededor exclamando «¡que vienen, que vienen! La pequeña, de tres años, detalla vivaracha que ha pedido a los Reyes «un caballo de Frozen y un bebé llorón».
La comitiva real está formada por seis carrozas, una para cada una de sus majestades y otras tres representando el aire, el mar y la tierra. Les acompañan un grupo de bailarinas del Centro de Danza y la comparsa de la compañía Akrobáti-K. Juanjo y Yolanda le indican a su hija Candela el nombre de cada uno de los Reyes Magos. «Tiene dos años y es su primera cabalgata». El otro hijo, Juanjo, de nueve, los conoce bien y les ha pedido «el Fifa 22, botas de fútbol, skate y un chándal del PSG».
Erik intenta que sus dos hijas miren a la cámara para que se vea a la cabalgata de fondo, pero ellas se resisten a quitar la vista de la comitiva que se acerca. La mayor, Habana, no puede resistirse cuando ya ve a los Reyes. «Baltasar, yo quiero un piano». La pequeña, Allegra, ha pedido las muñecas de Diana y Roma. ¿Y el padre? Erik también ha escrito su carta particular: «Que haya mucha salud, mucha alegría y se vaya el covid».
