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Coches descargados en el puerto de Ibiza.Vicent Marí

Economía

Matriculaciones en caída libre: nunca se habían tramitado tan pocas en las Pitiusas en este siglo

Entre enero y septiembre sólo se dieron de alta 3.022 vehículos en Ibiza y 348 en Formentera

Se estancan las ventas de las motorizaciones con gasolina y diésel, mientras se disparan los híbridos y eléctricos

Es la tormenta perfecta. La energía incrementa su precio hasta cotas desconocidas, lo cual repercute en el coste de la fabricación, de las manufacturas, del transporte, de la cesta de la compra, de todo. Como consecuencia, la inflación está en niveles desconocidos desde hace lustros. Y como secuela de la pandemia (la industria no ha recuperado aún su ritmo, mucho menos el transporte marítimo global), faltan materias primas y, paralelamente, piezas indispensables para la elaboración de casi todo que tenga algún componente eléctrico: no hay microchips y el lugar donde más se fabrican, Taiwan, está sometido a la inquietante presión de China. Numerosas industrias, de todo tipo, cierran temporalmente (y, consecuentemente, aplican ERTE) porque el precio de la electricidad les resulta inasumible o porque no reciben ni esos circuitos integrados ni los materiales que necesitan para mantener las cadenas de montaje. Hasta las obras se paralizan porque o no llegan los ladrillos o porque son tan caros que encarecerían sobremanera unos edificios en construcción por los que ya se ha fijado un precio con los compradores. La recuperación no ha sido como se esperaba, de manera que la bolsa de parados sigue siendo enorme. Quien quiera una bicicleta concreta tiene que esperar hasta 40 semanas (10 meses) para recibirla. Con los coches pasa algo parecido.

La industria del motor, termómetro de la situación económica, es una de las que peor lo están pasando: hay concesionarios en Ibiza en los que, además de tener los escaparates casi vacíos, faltan piezas de repuesto fundamentales para las reparaciones. Los datos de matriculaciones hasta septiembre en las Pitiusas son un reflejo de que hay un problema, y de los gordos. En lo que va de año se han tramitado las altas de 3.022 vehículos en Ibiza, que, al margen del desastroso 2020, es la menor cantidad de las últimas dos décadas. Respecto a hace un año (cuando se tocó fondo), esa cifra se ha incrementado un 17,7%, pero aún está un 31% por debajo de la de 2019 (cuando hubo 4.377 matriculaciones). El mes de septiembre es un ejemplo de la flojera del sector: sólo salieron de los concesionarios 293 vehículos, casi un 28% menos que en 2019.

En Formentera no están mejor: en nueve meses sólo se han matriculado allí 348 motos, turismos y furgonetas, que exceptuando 2020 (124), es la peor cifra de su historia y casi un 40% inferior a la del curso previo a la pandemia. Hubo años (2008, 2007) en los que, a estas alturas, ya se habían entregado casi 2.000 vehículos en esa isla.

Colomar culpa de la situación a la crisis de los semiconductores: «Si no fuera por los microchips, las cifras se recuperarían, pues tenemos demanda»

José Antonio Colomar, presidente de la Asociación Empresarial de Concesionarios o Distribuidores de Automoción de las Pitiusas (AECA), culpa de la situación a la crisis de los semiconductores: «Si no fuera por eso, las cifras se recuperarían, pues tenemos demanda». Les llegan los vehículos «con cuentagotas». Tardan «entre cuatro y cinco meses» en tener un coche en el concesionario para una venta; para exposición, hasta siete meses. Colomar cree que en marzo o en abril «todo se regularizará».

Los vehículos que se mueven con gasolina siguen gripados: sólo se matricularon 1.761, apenas medio centenar más que hace un año y un 41,5% menos que en 2019. En Formentera se dieron de alta 240, casi un 53% menos que hace dos años. A la penuria económica se suma, en este caso concreto, la incertidumbre sobre qué ocurrirá dentro de pocos años con los vehículos que carburan con derivados del petróleo. Y si eso ocurre con los de gasolina, con los diesel con más razón, pues tienen un futuro aún más negro: se han matriculado 522 en Ibiza entre enero y septiembre, dos menos que en 2020 y un 31,4% menos que en 2019.

Por el contrario, los que cuentan con ayudas para su adquisición, como las del Plan Moves III, crecen como la espuma. Gracias a esos incentivos, en Ibiza ya hay 303 híbridos más, lo que supone más del doble (113,4%) que antes de la pandemia (en Formentera, 45, siete veces más), y 164 nuevos eléctricos, casi ocho veces más que los matriculados en 2019 (en Formentera, 19 en 2021, el doble que hace 24 meses). Aun así, juntos (híbridos y eléctricos) no suman de momento ni para igualar a los diesel, pero todo indica que el sorpasso tendrá lugar en breve, quizás en 2022.

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