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Crisis sanitaria

Miles de ibicencos en ERTE deberán pagar unos 800 euros más en su declaración de la renta

Muchos de los trabajadores que hasta ahora no estaban obligados a presentar declaración deberán hacerlo por haber tenido dos pagadores durante el año pasado

Usuarios del SOIB en Ibiza. J. A. Riera

La campaña de la renta que arranca en unas semanas estará marcada por el impacto que los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), la herramienta usada por miles de empresarios de las Pitiusas para hacer frente a la crisis, tengan sobre las declaraciones de los empleados afectados.

La primera consecuencia es que habrá bastantes más contribuyentes que tengan que presentar la declaración: todos aquellos que otros años no llegaban al ingreso mínimos para hacerlo pero que ahora estarán obligados al haber tenido dos pagadores: su empresa y el Servicio Público de Empleo (SEPE).

El segundo impacto se notará directamente en el bolsillo. Las asesorías estiman que para un trabajador que haya estado sometido a la regulación de un ERTE durante todo el estado de alarma, que duró más o menos cien días, tendrá que pagarle al Fisco unos 800 euros de media. O incluso más.

En Ibiza y Formentera, los trabajadores afectados por un ERTE durante 2020 se cuentan por miles. Según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, a principios de este año se contabilizaron en Baleares cerca de 35.200 trabajadores en ERTE.

Cola en la puerta del SOIB de Ibiza. J. A. Riera

Importe de sus rentas de trabajo

Como explica a Diario de Ibiza Juanjo Noguera, de la Asesoría Unidad, «todo trabajador que haya cobrado un ERTE lo tendrá que imputar como un mayor importe de sus rentas del trabajo y eso va a provocar una tributación que dependerá de la suma total de las rentas que percibe como contribuyente. Dada la progresividad del IRPF, cuanto más gane, más va a pagar a Hacienda».

Explica también un hecho ineludible para quienes se han beneficiado de un ERTE: «Haber tenido dos pagadores en 2020 conduce a la obligatoriedad de hacer la declaración de la renta si del segundo pagador, en este caso el SEPE, ha cobrado más de 1.500 euros. El dinero ingresado por el expediente de regulación se suma al resto de ingresos obtenidos».

La hora de rendir estas cuentas con Hacienda está a la vuelta de la esquina. Desde el 7 de abril podrán ya presentarse los borradores a través de internet y la campaña del IRPF se cerrará el 30 de junio.

El caso es que los ERTE obligarán a hacer la declaración de la renta a muchos trabajadores que hasta ahora no estaban obligados por sus ingresos anuales. 

Los límites

Los límites son los siguientes: todos aquellos que perciban más de 22.000 euros de un solo pagador están obligados a rendir cuentas con el Fisco (como ya ocurría en la campaña anterior, esa cifra no ha variado) o, y aquí viene el embrollo para muchos, también hay que hacer la declaración si se cobran más de 14.000 euros de dos pagadores (la empresa y el SEPE, en este caso), siempre y cuando por el ERTE se hayan percibido más de 1.500 euros.

Los sufridos autónomos

Menos conflictivo, aunque también generará cierta burocracia, será el tratamiento de las prestaciones recibidas por los autónomos que se vieron obligados a cerrar sus negocios durante la pandemia. Las asesorías aclaran que los autoempleados deberán tributar esas subvenciones como si se trataran de rendimientos del trabajo y no como parte de su actividad económica, lo que en la práctica les beneficia al acogerse a ciertas deducciones.

Noguera añade que «las ayudas que han percibido los autónomos por cese de actividad también se contabilizará como una prestación, en este caso de las mutuas, por la que tendrán que tributar. A lo autónomos, el haber recibido estas ayudas no les afecta como a los trabajadores por cuenta ajena que han cobrado el ERTE porque todos los empresarios están obligados a presentar la declaración».

Otra fuente de conflictividad puede ser el ingreso mínimo vital (IMV), la paga de subsistencia que del Gobierno para quienes hayan agotado sus prestaciones. 

La norma dice que todos los que reciban esa paga están obligados a presentar la declaración. «Tanto ellos como sus familiares», matiza el asesor fiscal de Unidad. El Gobierno busca así ejercer un mayor control sobre los receptores de estas subvenciones. 

Ante la marejada que viene, Hacienda ha decidido habilitar, a partir del martes, un simulador en su web para que los contribuyentes vayan ensayando cómo la crisis puede impactar en su declaración.

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