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Iglesia

El Obispado releva de sus cargos parroquiales al cura de Ibiza acusado de pederastia

Los juzgados no tienen denuncias contra el sacerdote señalado por abusos a tres menores

Fachada de la sede del Obispado de Ibiza. Vicent Marí

El Obispado ha relevado de sus cargos en dos parroquias de Ibiza al sacerdote acusado de abusar de tres menores en la isla en los años 1990, 1994 y 1996. La web del Obispado anunció los cambios en su web el lunes 15, días después de que se hicieran públicas las acusaciones contra el sacerdote. Por tanto, el cura deja de ser moderador de la parroquia de Santa Cruz, cargo que ocupa desde ayer otro religioso, y tampoco continúa como párroco de la de San Pablo, en la que el Obispado ha nombrado a un administrador parroquial.

Los decretos de nombramiento de los nuevos responsables de ambas parroquias, firmados por el administrador diocesano de las Pitiusas, Vicente Ribas Prats, no hacen ninguna referencia a las circunstancias del cambio y se limitan a encomendar los puestos a sus nuevos titulares “teniendo en cuenta el bien pastoral”. Estos decretos designan a Marcelo Gabriel Jofré como administrador de la parroquia de San Pablo y a Enric Torres Riera como moderador de la parroquia de Santa Cruz.

El Obispado de Ibiza no ha hecho público si el sacerdote acusado de pederastia e investigado actualmente por el arzobispado de Valencia, del que depende la diócesis de Ibiza, mantiene sus otros cargos diocesanos como miembro del colegio de consultores y arcipreste de Ibiza.

Por otra parte, los juzgados de Ibiza no han recibido ninguna denuncia formal contra el sacerdote de Ibiza acusado por tres hombres, a través de las redes sociales y los medios de comunicación, de abusar sexualmente de ellos cuando eran menores, con 10, 11 y 16 años edad, confirma el Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB).

Según estos tres hombres, los abusos sexuales, que habrían consistido en tocamientos, fueron cometidos presuntamente en los años 90 (1990, 1994 y 1996) y, por tanto, estarían prescritos, remarcaron fuentes judiciales. En consecuencia, aunque la Fiscalía podría abrir diligencias penales de oficio, porque se trata de menores de edad, no tendría sentido hacerlo por unos hechos ya prescritos y que, por tanto, no podrían en ningún tener consecuencias penales.

Sergio Lleó, el primero de los denunciantes contra el sacerdote. Vicent Marí

Existe al menos otra denuncia, también realizada a través de las redes y en un comentario a una noticia en Diario de Ibiza, que relata que el sacerdote intentó manosear y besar a un hombre de 28 años de edad, una persona que, junto con su familia, estaba en situación de vulnerabilidad en aquel momento, el año 2006, y a quien el sacerdote ayudó acogiéndolos en su casa, según la presunta víctima.

Diario de Ibiza ha contactado por correo electrónico con esta persona, pero no ha respondido. En su caso el delito no habría prescrito, pero al tratarse de una persona mayor de edad no se puede actuar de oficio, sino que se requiere una denuncia formal.

Un era monaguillo, otro un integrante de la organización Camino Neocatecumenal, los Kikos, y el tercero era alumno de religión

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Los tres denunciantes menores cuando ocurrieron los hechos dicen que el sacerdote intentó sobrepasarse con ellos valiéndose de su relación de superioridad. En un caso era un monaguillo, en otro un integrante de la organización Camino Neocatecumenal, los Kikos, y el tercero era alumno de religión. 

Por el momento, el religioso señalado no se ha defendido de estas acusaciones tan graves y no responde a las llamadas de Diario de Ibiza. El Vaticano ha ordenado una investigación y la semana pasada un sacerdote investigador de la Archidiócesis de Valencia viajó a Ibiza y se entrevistó con el Obispado con el primer denunciante. Ni el Obispado de Ibiza ni la Archidiócesis de Valencia, adonde el Vaticano destinó recientemente al exobispo de la isla, Vicente Juan, informan acerca de las investigaciones. El sacerdote, que podría encontrarse fuera de la isla, ya no da misa en ninguna de las dos parroquias en las que solía hacerlo

Por su parte, tras la entrevista con el sacerdote investigador, el primer denunciante, Sergio Lleó, el único de los tres que no oculta su identidad, dijo que la Archidiócesis le prometió que tomaría declaración a las otras supuestas víctimas, y pidió a que la Iglesia expulsara al sacerdote señalado. 

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