Las navieras pitiusas ya acumulan la experiencia que vivieron durante la declaración del estado de alarma, en marzo de 2020, y la reducción de las comunicaciones a tres frecuencias diarias en cada sentido para pasajeros. Entonces, y de acuerdo con las autoridades, las navieras que operan entre las Pitiusas establecieron un turno rotatorio de servicios, de tal forma que se turnaron trabajando un día y librando dos.

Entonces la Asociación Patronal de Empresarios de Actividades Marítimas de Balears (Apeam) remitió, el 30 de abril, a la conselleria de Movilidad del Govern balear una carta en la que pedía «las compensaciones o contraprestaciones económicas necesarias para que, con las mínimas garantías de sostenibilidad de las empresas afectadas, puedan seguir manteniendo la actividad de transporte marítimo de pasajeros y mercancías entre los puertos de las Balears».

Pero la respuestas que recibieron a las demandas del sector fue negativa. Rafael Cardona, de Trasmapi, manifestó: «Por decirlo de forma sutil, nos dieron calabazas, y pedíamos lo mismo que en Canarias, que nos ayudasen». Dani Tinto lo ratificó: «En su día lo solicitamos y nunca tuvimos respuesta, en cambio el Gobierno canario lo hizo y nunca más se supo».