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Movilización

Restaurantes y bares de Ibiza piden más ayudas con una cacerolada

La asociación ABRE alerta de que muchos locales están cerrando asfixiados por las deudas

Decenas de locales de hostelería de la ciudad de Ibiza se sumaron ayer por la mañana a la cacerolada convocada por la Asociación de Bares y Restaurantes de Eivissa (ABRE) para reclamar a las administraciones públicas medidas de rescate al sector. La protesta se vio diluida por la dispersión de los participantes. Debido a la situación epidemiológica no pudieron concentrarse en un lugar concreto, sino que cada negocio hizo ruido con cencerros, sartenes, paelleras o cazos a sus puertas desde las 11 horas y durante un cuarto de hora.

Una decena de locales montaron un estruendo con sus utensilios de cocina en la zona de sa Graduada, pero en dirección a es Pratet y por Can Ventosa la vida seguía con normalidad, en silencio. Un empresario de los pasajes de es Pratet decidió no participar tras comprobar que era el único negocio de los alrededores dispuesto a hacer ruido y porque, además, apenas había transeúntes.

Juan Olmos, presidente en funciones de ABRE, calculó en medio centenar los negocios que habían comunicado que participarían: «Veremos en las redes cómo han respondido todos los locales que se han ido uniendo a esta iniciativa. Unos 50, como mínimo, nos habían confirmado que participarían. Suponemos que han sido más». Respecto a que la protesta quedara diluida por la dispersión, Olmos recordó que «con el ritmo de contagios que hay en la isla es muy difícil convocar una concentración, pues sería un riesgo para la salud». De ahí que intenten «otras opciones creativas, como la de hoy [por ayer], en las que no se necesite que todos acudan a un sitio concreto, y que cada uno, desde sus negocios, pueda defenderse».

Según Olmos, «ha sido una manera de protestar y de visualizar al sector, de hacer ver a las autoridades que sigue habiendo problemas, que cada día cuenta, que cada semana se reciben noticias de más compañeros que cerrarán sus puertas definitivamente, con deudas enormes. Se está tirando al pozo el sueño y el trabajo de toda una vida».

El empresario volvió a advertir de que «los esfuerzos de la Administración con los ERTE para salvar a los trabajadores no servirán de nada si esas personas no tienen empleo cuando concluya esta crisis sanitaria». Y se quejó de que aunque se anunciaron ayudas «hace casi tres semanas, aún no han sido publicadas en el BOIB. No se sabe ni cómo ni cuándo van a llegar. Y son muy insuficientes», recalcó.

Olmos insistió en que «es un insulto a la ciudadanía que en una crisis como esta todos los ayuntamientos tengan unos remanentes enormes, que no dejan de ser impuestos cobrados de más y por los cuales no se dan servicios. No son remanentes públicos, son servicios no prestados».

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