Es la primera huelga de médicos nacional en los últimos 25 años. Este es un dato que los representantes del Sindicato de Médicos de Balears (Simebal) repitieron ayer varias veces. «A los médicos nos cuesta mucho hacer huelga», decía Carlos Rodríguez. Su compañero Miguel Lázaro, a la vista de los buenos números de seguimiento, aseguraba: «Es una sensación agridulce, porque al final dejamos de atender a los pacientes y las listas de espera empeoran».

Rodríguez no ocultaba su satisfacción al comprobar que había un seguimiento mayor del esperado, al tiempo que lamentaba la poca participación de ciertos centros de trabajo, como en el caso de Formentera, donde ni un solo médico hizo huelga.

A primera hora de la mañana ya estaba claro que en centros de salud como los de es Viver y Santa Eulària la incidencia iba a ser alta. De hecho, algunos de los centros sanitarios más castigados por el sobreesfuerzo de la pandemia han secundado ampliamente el paro. «En la Primaria lo han pasado y lo están pasando muy mal. En muchos casos se han visto obligados a alargar su jornada laboral cuatro o cinco horas todos los días», explicó Rodríguez que además añadió que esas horas extras no se cobran.

A las doce estaba convocada una concentración en la puerta principal del Hospital Can Misses. Los responsables sindicales advirtieron a sus afiliados de que no acudieran en tropel. «Hay que respetar las medidas de seguridad, como no reunirse más de seis personas», aclaraba un médico.

Sin embargo, fueron bastantes los médicos que decidieron acercarse a Can Misses. Algunos de ellos no estaban en huelga. No podían. Era el caso del representante de Simebal en el 061, David Fernández, que tenía guardia en el servicio del helicóptero.

Pasadas las doce, Rodríguez leyó el manifiesto: «Los médicos nos vemos obligados a iniciar una huelga que nadie sabe cuánto durará, en un momento de pandemia muy grave y con un Gobierno al que hemos tendido la mano mil veces y la ha rechazado, y con un ministro que no escucha ni se reúne con los profesionales que tienen que sacar al país de la grave situación sanitaria en la que se encuentra».

Continuó planteando las reclamaciones de los médicos y al final lanzó un llamamiento al Gobierno. «Señor Salvador Illa, señor Pedro Sánchez, en sus manos está la duración de esta huelga, que han provocado con su desprecio continuo a los médicos. Dialoguen y busquemos soluciones desde el consenso o no pararemos. ¡Basta ya!».

En su concentración, los profesionales de la medicina aprovecharon para denunciar algunas de las carencias de la sanidad balear. «En España la media de tarjetas sanitarias por médico está en las 1.400, mientras que en Balears sube a las 1.800 y en Ibiza y Formentera está en 2.000», explicó Rodríguez. Su compañero Toni Pallicer añadió: «En Ibiza, cuando un médico está de baja los demás tienen que asumir sus 2.000 tarjetas. Esto en la península no pasa».

En cuanto a la baja incidencia de la huelga en ciertos centros de salud y servicios del hospital, Rodríguez lo explicó por la precariedad de algunos contratos: «Hay gente con contratos inestables que tiene miedo de ir a la huelga».

Desde el Simebal reconocieron que el reciente aumento de rastreadores ha facilitado las cosas y sobre todo ha aliviado en parte la gran presión asistencial que ha sufrido el sistema, especialmente en la Atención Primaria.