Aparte de reglamentar el uso del GPS en toda la isla, la nueva orden insular de carga del servicio del taxi consensuada hace meses con los ayuntamientos preveía que en el momento que los vehículos rebasasen los 100 km/h (la máxima velocidad permitida en la red viaria de la isla, en un tramo de la autovía de Sant Antoni) el taxímetro dejara de funcionar. Este punto no gustó a los taxistas que, en la reunión de hace unos días, insistieron en su retirada. El vicepresidente segundo, Javier Torres, accedió a aumentar dicho límite a 110 km/h con el argumento de que «la Dirección General de Tráfico da un margen de error de 10 km/h. No vamos a ser más estrictos que la DGT», justifica.

Además, los taxistas también piden cambios en las guardias previstas en cada municipio para evitar que en verano algunas zonas queden desatendidas. «Se puede buscar una solución intermedia. Les hemos pedido que nos hagan propuestas», indica.