Si al pasear por las calles de Ibiza cree ver demasiados comercios cerrados y muchos carteles de alquiler pegados en sus puertas, sepa que no es sólo una sensación. Jeffrey Fernández, delegado en Eivissa y Formentera del Colegio de los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API), confirma que «se ha producido un aumento brutal del alquiler, venta o traspaso de locales comerciales de la isla». Calcula que en algunas zonas «se ha duplicado el número de negocios disponibles. En otras se ha triplicado. Donde antes había 10, tras la pandemia ya hay 30 en alquiler».

Es, afirma, consecuencia de la pandemia de coronavirus, aunque advierte de que hay otras causas: «La tendencia ya venía de atrás, sobre todo en las calles de la isla que no son las principales, donde los precios ya empezaban a descender antes de que estallara la pandemia como consecuencia del comercio on line. Pero se ha agravado con el Covid-19».

La epidemia «ha sido la puntilla, el acelerador» de este proceso de cierre masivo de tiendas: «Muchísimos negocios van a cerrar definitivamente, no hay esperanza de que vuelvan a abrir, por lo que aumenta, y aumentará aún más, la cantidad que hay en alquiler dado que ha disminuido la rentabilidad de esas empresas».

Y duda de que se reconviertan en nuevos comercios: «Pasarán a ser almacenes o trasteros. Los que no estén en zonas con fuerte actividad comercial se transformarán en oficinas en planta baja o almacenes puros y duros, dejarán de ser comercios», pronostica Fernández.

Los precios «han bajado ya, pero tendrán que bajar aún más. Ahora incluso se aceptan ofertas de los clientes. El arrendador más listo de la clase será el que coja la oferta de hoy, pues la de mañana será peor». Si es que existe esa oferta. Porque, subraya, «demanda no la hay ni la habrá. A ver quién se monta un negocio nuevo en estas circunstancias. Nadie querrá alquilar un local para tener que competir con un gigante como Amazon». En breve habrá locales a precios tan bajos que serán alquilados «para convertirlos en simples trasteros», no en nuevos negocios de cara al público. De momento, los precios caen más de un 25%, pero con la demanda en horas bajas, bajarán todavía más, advierte.

Sólo en zonas « prime», como Bartomeu de Roselló, «aún pueden mantenerse, pero ya se verá con el tiempo. Sin embargo, las calles que hay detrás, las paralelas, que se vayan preparando para la rebaja». Porque hay «muchísima oferta, pero escasísima demanda».

Para zonas como la Marina (donde cuelgan medio centenar de carteles de se alquila o traspasa), Fernández aconseja a los propietarios que sean realistas y actualicen tarifas: «Quienes sigan poniendo precios antiguos viven en la irrealidad».