Las capelletes d'en Serra (1919) y d'en Beia (1850), en Sant Josep, y de sa Creu d'en Ribes (1858), en Santa Eulària, son más grandes y antiguas. La de sa Talaia de Sant Antoni fue construida en 1942 en un terreno cedido por el vecino Vicent Ferrer, a petición de las monjas trinitarias, que se habían establecido en el pueblo durante la Guerra Civil. La erigió Joan Prats, el mismo maestro de obras que se ocupó del convento de esta orden, y quedó dedicada a la Virgen, terminándose en el verano de 1943. Durante muchos años se peregrinó hasta ella en el mes de octubre, costumbre que se ha perdido o, como mínimo, pospuesto.