National Geographic acaba de estrenar para Europa el documental de Manu San Félix 'Salvemos nuestro Mediterráneo' en su canal de televisión, coincidiendo con el Día Internacional de los Océanos. A los pocos días de su emisión ya se ha convertido en una referencia para conocer la situación del mar con espectaculares imágenes submarinas, muchas de ellas en aguas de Ibiza y Formentera. Manu San Félix ofrece una visión científica y a la vez contundente de la profunda transformación que, en poco tiempo, está sufriendo este entorno y lanza un mensaje de esperanza al mostrarse convencido de que, entre todos, la degradación del Mediterráneo se puede revertir.

¿Qué quiere mostrar en 'Salvemos nuestro Mediterráneo'?

Contar con realismo y rigor la situación del Mediterráneo, esto quiere decir que todos los datos e información que aportamos están contrastados por organismo científicos de reconocido prestigio internacional, es la exigencia de National Geographic. Ese realismo nos conduce a un situación grave porque detectamos problemas importantísimos. Pero tampoco queremos caer en un mensaje apocalíptico y para conseguirlo hablamos de problemas y de sus soluciones.

¿Cómo lo cuenta?

Yo mismo soy el hilo conductor y voy haciendo reflexiones y visitando a un grupo de amigos, que son grandes científicos y reconocidos expertos como Carlos Duarte, Enric Sala, Enrique Ballesteros, Ángel León (el chef del mar), Emilio Cortés y Pierre-Yves Cousteau. A través de esos testimonios, vamos planteando los problemas que tiene el Mediterráneo en estos momentos, los vertidos de los emisarios de aguas sin depurar, la sobrepesca, las especies invasoras, la posidonia y la recuperación de especies.

¿Qué hay de usted en este documental?

Llegué a Formentera en 1992, hice mi primera inmersión, me enamoré, pensé enseguida que esto era la bomba. Venía de la Península y me dí cuenta de que Balears estaba mucho mejor que cualquier otro sitio. Luego siempre me ha interesado hablar con pescadores, con hombres mayores del lugar que conocían bien el mar y me hablaban de cómo estaba hacía 40 o 50 años. Y me di cuenta de que había llegado tarde. Esa idea me ha obsesionado y me encantaría recuperar el Mediterráneo. Quiero volver a bucear, no mis hijos, yo, en aguas que se parezcan más a las que había en 1950 que a las que tenemos en 2019.

¿Cómo ha cambiado el Mediterráneo?

En la película hay una secuencia demoledora. Se trata de unas imágenes recogidas por un turista alemán, que graba en 1945 a un grupo de niños que salen a pescar en Tossa de Mar, con una chalana desde la playa y un palangre, y al cabo de un rato regresan con un montón de tiburones. Esto contesta a la pregunta, podemos tener un agua maravillosa pero la biodiversidad actual no tiene nada que ver con la que había a mediados del siglo pasado.

¿Cómo está de salud este mar?

Es como si vas al médico, te haces una analítica y te dicen que tienes el colesterol por las nubes, o haces algo o en cualquier momento tendrás un episodio cardiaco. El Mediterráneo está así, es un momento crucial, si nos dejamos llevar no quiero ni pensar en cómo estará en diez años.

¿Cuáles son las principales amenazas?

La pérdida de calidad del agua, estamos tirando agua al mar sin depurar o insuficientemente depurada del uno de enero al 31 de diciembre. Y esto no se debe considerar como un ataque, es información sobre lo que está pasando, es una realidad y tenemos la obligación de decirlo y tenemos que reaccionar todos para pararlo, empezando por la Administración. Segunda amenaza, la sobrepesca. Para darse cuenta no hace falta ser biólogo, solo con hablar con los pescadores de ahora y con sus abuelos y te das cuenta. Están desapareciendo los peces grandes, hemos matado al 99,9% de los tiburones del Mediterráneo. ¿Hace cuánto que no vemos un mero de 35 o 40 kilos? Esos peces ya no existen. Luego están los atuneros, que han estado por aquí y que en un solo día han pescado la cuota y se han ido. Estos dos aspectos dependen de nosotros y si hacemos una buena gestión del agua depurada y de la pesca los podemos revertir.

Si, pero usted es bastante crítico con las zonas marinas protegidas.

Sí, porque en Balears no existen. Solo tenemos el 0,16% de las aguas de Balears en las que no se puede pescar. Las reservas que tenemos no son reservas marinas, e internacionalmente no están reconocidas como tales. Esto lo dice, muy claramente, Enric Sala (actual referencia mundial en conservación marina) en la película: «Las reservas marinas en España son de papel y para rellenar los formularios europeos». Una reserva es donde no dejas pescar, ahora solo está prohibida la pesca submarina. Pero, además, dicen que también prohíben la de arrastre y es cierto, ya que la pesca de arrastre solo se puede hacer a partir de los 50 metros, que es el fondo de las reservas. Luego no estás protegiendo nada, si lo anuncias parece que estés haciendo algo, pero no estamos haciendo nada especial, es como hacerse trampas al solitario. Y peor que no proteger es hacer creer que estamos protegiendo.

Pero los resultados que se presentan sobre la evolución de las reservas son buenos.

Cada día hago inmersiones y no hay más peces, no los hay, digan lo que digan.

Ha citado acabar con los vertidos al mar como prioridad para revertir la situación. ¿Cuál es la situación de los emisarios de Formentera y de Ibiza?

Un desastre, pero es un problema también de las estaciones depuradoras. En Formentera ya comuniqué al Consell que el emisario lleva más de un año sin que vierta nada por la salida, está semienterrado. Lo que han hecho es hacer agujeros en la tubería para que la cosa se disperse, ellos dicen que son difusores pero yo les llamo 'despistadores', lo que no quieren es que hagamos la foto. El objeto del emisario es alejar el vertido de la costa, cuanto más lejos y más profundo mejor.

Diario de Ibiza publicó dos fotos suyas que han marcado un antes y un después. La primera fue, en agosto de 2011, con el ancla del 'Turama' destrozando una pradera de posidonia; la segunda fue en 2009 con un evidente vertido de aguas fecales del emisario de la Savina. ¿Han servido de algo?

Ambas fotos causaron un terremoto, sí han servido. En el caso del 'Turama', la culpa es de un particular y la gente desde entonces ha tomado conciencia. Las depuradoras dependen de la Administración y pienso que tienen muy buenos técnicos en Balears, pero falta operatividad.

¿Quiere decir voluntad política?

No me atrevo a analizar la vertiente política, pero en este tema es mucho más sencillo. La gente ve los barcos y protesta cuando se da cuenta de que están sobre posidonia, pero nadie ve ese emisario tirando mierda todo el año. En Eivissa la situación es parecida, además muchas veces no tienes que ver el emisario para darte cuenta. En la película se ven determinados fondos cercanos a los emisarios que parecen el castillo de Drácula, con algas filamentosas. Lo que tendríamos que ver son praderas de posidonia rebosantes de salud.

¿Y el cambio climático tiene que ver en todos estos procesos?

Evidentemente, cuando llegué me acuerdo perfectamente de que el agua en pleno verano estaba a 25 grados. Durante los dos últimos años ha estado a 29 grados y hasta los 15 metros de profundidad. Estamos calentando el mar, se ha convertido en una olla en la que echamos residuos que es el ambiente soñado para bacterias y virus. Luego nos preguntamos porque se mueren las nacras,las morenas o las aves marinas. Yo mismo debajo del agua pillé una bacteria, la Staphylococcus aureus que es muy agresiva, enfermé, se me complicó y tuve que pasar un tiempo en el hospital, pero lo superé.

¿Y la presencia de los plásticos que parecen inundar playas y mares?

Es un problema monumental, pero es un actor que se ha presentado de forma repentina. El caso es que por ejemplo en el agua mineral hay microplásticos, en toda el agua mineral. La Organización Mundial de la Salud hizo un estudio con muestras de agua embotellada de los cinco continentes y en todas ellas, salían microplásticos. La que más dio fue una en la que en un litro de agua había 15.000 micropartículas. Además el peor plástico es el que no se ve, el peor es el que se disuelve. Mucho viene de la propias ruedas de los vehículos por el desgaste y el resto viene por las aguas depuradas, especialmente de las aguas de las lavadoras.

¿Soluciones?

El plástico es un problema enorme que creo se solucionará de forma más rápida porque la sociedad está reaccionando de una forma muy importante. Además se sacan normativas para ir eliminando el uso de los plásticos y se investiga sobre alternativas y veremos pronto cómo, en un año o dos, aparecerán sustitutivos. Quedará una inercia que se irá superando. Ahora el plástico es una gran amenaza para muchos animales marinos. En otro vídeo que sacaré, en breve, hablaré del 'nuevo plancton' que es el plástico.

¿Hay alguna amenaza más?

Las especies invasoras. Lo que está ocurriendo bajo el mar Mediterráneo es una auténtica revolución entre especies marinas que nos entran por el canal de Suez y por los tanques de barcos de lastre. Este Mediterráneo ha cambiado y dentro de diez años será diferente.

Me decía que no quería ser apocalíptico pero la cosa se está complicando...

( Risas) Hay solución, ese es el mensaje, hay vuelta atrás. Si nos ponemos todos de verdad esto se puede cambiar. En la posidonia hemos avanzado mucho en la concienciación y su protección, aunque queda trabajo. En los plásticos vemos cómo la sociedad se está moviendo, ahora quedan los vertidos y nos tenemos que poner las pilas de forma urgente, pero hay soluciones, siempre hay soluciones. Estamos a tiempo, podemos revertir la situación. En esta legislatura hubiera sido un plasta con las depuradoras. Si consiguiéramos dejar de verter agua residual durante dos años veríamos cómo cambia su calidad y cómo desaparece la turbidez. Con la pesca, si se consiguiera una parada subvencionada en el tiempo para la flota artesanal mejoraría. Los pescadores saben que si quieren seguir pescando hay que proteger de forma eficaz.