Ports de Balears niega que Sant Antoni se colapse por que desembarquen coches

¿Es tan impactante, como arguye el Ayuntamiento, que un ferry descargue coches en el puerto de Sant Antoni? «Nosotros, como gestores del puerto, creemos que no», respondió tajante Pedro Puigdengoles, gerente del Ports de Balears, tras presentar ayer la exposición sobre los '100 anys Eusebi Estada'. Durante su actual mandato, el alcalde de Sant Antoni, Josep Tur (PSOE), presidente además del Nàutic, intenta impedir el desembarco de automóviles en el puerto y que todo ese tráfico, además del comercial, sea trasladado al de Ibiza. Hace sólo dos semanas, el Parlament aprobó tomar en consideración una proposición de ley para, precisamente, prohibir el embarque y desembarque de camiones con mercancías, así como automóviles particulares en esas instalaciones. Pero con la calculadora en la mano, en Ports de Balears no creen que el problema sea tan trágico como para que Sant Antoni renuncie a recibir ferries.

«Hace mucho tiempo -explicó Puigdengoles- que esta problemática está encima de la mesa. En 2013 ya se decidió que en el puerto de Sant Antoni no se descargaran mercancías, pues éramos conscientes de que la alineación comercial del puerto se había quedado aislada por un vial con poca capacidad o características no adecuadas para hacer grandes descargas de mercancías. El vial de acceso al puerto se ha convertido en muy turístico y ha dejado de encajar como comercial». Desde entonces se descargan, excepcionalmente, «del orden de 10 o 12 camiones al año. Es algo totalmente residual», afirmó el gerente de Ports.

25.000 coches al año

25.000 coches al año

Anualmente desembarcan «unos 25.000 coches al año» en Sant Antoni, indicó: «Si lo dividimos entre el número de operativas [buques cargados de vehículos que atracaron en el puerto], son unos 70 u 80 automóviles por operación. Eso, en el cuarto de hora que puede durar una operativa, es en realidad un tráfico muy pequeño», subrayó.

Puigdengoles considera que «en Sant Antoni se producen muchos colapsos de tráfico sin que haya una operativa de buques, pues el pueblo tiene mucho más tráfico que el que genera la descarga de un buque». Respecto «al impacto medioambiental o paisajístico, son consideraciones que habría que estudiar más en detalle».

«Ports aconseja, no impone»

«Ports aconseja, no impone»

Afirma que, sobre este asunto, «no existen roces» con el Ayuntamiento: «Cada cual tiene sus intereses. Ports de Balears es una Administración que gestiona un servicio público y que, por tanto, está al servicio de la sociedad. Nosotros no somos quién para decidir dónde debe haber un puerto». Ni para qué: «Son la isla y sus municipios los que deben decidir para qué necesitan su puerto. Y si en un momento dado la isla dice que no quiere un puerto porque desea decrecer, quiénes somos para negarnos. Podemos dar nuestra opinión, por ejemplo para advertir de que puede pasar esto o lo otro. Pero debemos estar al servicio de lo que pide la sociedad. Podemos aconsejar, pero no imponer».

Eso sí, Puigdengoles advierte de que las decisiones no se pueden tomar a lo loco: «Quizás la gente percibe como un roce que nosotros asumimos que debe haber una planificación. Decidir abrir o cerrar una línea comercial marítima, o abrir o cerrar un puerto comercial, no es algo que se debiera hacer de la noche a la mañana y sin más justificación».