Dos de los yacimientos arqueológicos más importantes descubiertos en los últimos años, en la zona de Puig d'en Valls, se hallan bajo tierra u ocultos entre los pilares de hierro de un supermercado, sin ningún cartel ni información sobre su valor patrimonial. Pasa el tiempo, desde que se descubrieron estos restos históricos, en 2014,y los proyectos previstos para que se puedan visitar y conocer con detalle siguen atascados.

En abril de 2014, durante las obras de ampliación de la subestación eléctrica de es Torrent, en Puig d'en Valls, junto al Camí Vell de Sant Mateu, se hallaron los vestigios de un asentamiento rural tardo-púnico (entre los siglos III al I a. C.) formado por 10 habitaciones, un centro de producción de vino o aceite y una necrópolis de época bizantina con 18 tumbas. Abarcan una superficie de 4.500 metros cuadrados. Una de las curiosidades de este yacimiento ( se le denomina de Can Malalt) se encuentra en la parte más antigua: las huellas sobre el terreno de un antiguo camino púnico que los expertos sitúan en el siglo III a. C. y que al parecer quedó abandonado dos siglos después.

En lo que queda de este sendero han quedado las marcas de las ruedas de los carros y los restos de un muro lateral, aparte de la ingeniería hidráulica de la época: una canalización lateral (cuneta) y otra subterránea (alcantarilla) con desagües para evacuar las aguas superficiales y evitar la inundación del camino.

Red Eléctrica, propietaria del terreno, se gastó 900.000 euros en la excavación del yacimiento y su posterior cubierta con una capa de geotextil y tierra para su conservación a la espera de cerrar un acuerdo con el Consell de Eivissa para su museización.

Actualmente, no hay ni un solo rastro del yacimiento, enterrado bajo el suelo, justo enfrente de varios edificios de la subestación eléctrica. El hallazgo del yacimiento forzó el desplazamiento de las instalaciones con respecto a su emplazamiento inicialmente previsto.

Un portavoz del Consell de Ibiza admite que este proyecto está bloqueado. Red Eléctrica pretende ceder el yacimiento a la institución insular, pero ésta no está dispuesta a asumirlo en según qué condiciones. «Si lo aceptamos tenemos que asumir su conservación, mantenimiento... lo que implica un coste económico y de conservación», señalan las fuentes consultadas.

Así, los técnicos del Consell consideran que más vale esperar a que se den las garantías suficientes de que se pueda efectuar «una gestión óptima» del yacimiento. Este portavoz señala que se está trabajando con Red Eléctrica en la firma de un convenio para «resolver este asunto», pero no hay ningún plazo marcado.

La situación del yacimiento de s'Olivera, descubierto a principios de 2014 durante la construcción del Mercadona de Puig d'en Valls, es algo distinta. El proyecto para reconvertir en un museo estos restos arqueológicos, cuya mayor parte se encuentra bajo los hierros del supermercado (pero son visibles desde fuera), se halla también atascado aunque parece que la solución está algo más cerca, al menos que el de la subestación eléctrica.

Proyecto presupuestado en 2015

En todo caso, hay que tener en cuenta que el Consell de Eivissa ya incorporó en el presupuesto del año 2015 una partida de 400.000 euros para el proyecto de museización de este yacimiento y que a día de hoy no se sabe cuándo se podrá ejecutar. Está formado por los restos de una necrópolis de época tardo-antigua, de una casa romana y de otra islámica superpuesta, sitges, pozos para recoger aceite y un conjunto de zanjas de cultivo, entre otras instalaciones de distintas épocas.

En febrero de 2015, el anterior gobierno del Consell, del PP, firmó un convenio con un representante de Mercadona y de la propiedad de la finca por el cual la institución se comprometió a museizar una superficie de 2.495 metros cuadrados de los 10.000 metros cuadrados que se excavaron (la mayor parte eran antiguas zanjas de cultivo).

El yacimiento se encuentra bajo los pilares de hierro de la superficie comercial, pero parte del mismo está fuera, a la intemperie y sin ninguna protección. El Consell cuenta con un proyecto constructivo para vallar estos restos arqueológicos y cubrirlos. Posteriormente, se prevé ejecutar el de museización, con el objetivo de unir el yacimiento con la parcela anexa, que es de propiedad del Ayuntamiento de Santa Eulària y donde se encuentran un molino antiguo y un safareig.

El mismo portavoz del Consell explica que el proyecto está bloqueado porque el recinto donde se halla el yacimiento no cumple la distancia de retranqueo con la parcela colindante. En concreto, según explica el concejal de Urbanismo de Santa Eulària, Mariano Juan, la idea es la de edificar en el terreno público «una entrada o edificio de bienvenida» a través del cual se pueda pasar a la zona donde están los restos antiguos.

Normativa urbanística

El Ayuntamiento de Santa Eulària está tramitando una modificación puntual de sus Normas Subsidiarias para que los dos edificios se puedan conectar sin ningún obstáculo legal. La modificación del planeamiento urbanístico se encuentra actualmente en la Comisión de Medio Ambiente de Balears. Al afectar solo a suelo urbano, el Consistorio ha solicitado que se le exonere del trámite de evaluación de impacto ambiental o bien que sea simplificado, pero sigue a la espera de una respuesta.

En este cambio puntual de las Normas Subsidiarias, también se incluye la posibilidad de que se aumente la altura de un edificio en el caso de que el proyecto se vea afectado, en la planta baja, por el hallazgo de restos etnológicos.