Mucho más que proveedores de agua, pozos y fuentes ocupan un lugar destacado en el universo mágico, tradicional y cultural de las Pitiüses. Recurso básico y limitado, el agua, en su vertiente mágica, está relacionada tanto con los incansables fameliars como con los revoltosos barruguets, habitantes de pozos, fuentes y torrentes que rompían molinos o impedían subir cubos llenos si no se les dejaba queso y pan sobre el brocal. Pozos, fuentes, y todo el conjunto de elementos que los acompañan, como aljibes y acequias, forman parte de un patrimonio, toda una cultura del agua, pensado para aprovechar al máximo aguas subterráneas y aguas de lluvia, antes de que se agotaran por la sobreexplotación y hubiera que recurrir a desalar agua del mar. Símbolo de vida y regeneración en muchas culturas en muy diversos lugares del mundo, no es tampoco de extrañar que fuera alrededor de estos ingenios para el aprovechamiento del agua que se celebraran fiestas populares tras las cosechas de los meses de verano, una tradición que las colles de ball pagès se han esforzado en recuperar. Actualmente, se celebran ballades en más de una veintena de pozos y fuentes.

Tan importante fue antaño el agua, que se usaba una oración para pedir lluvia (Ad Petendam pluviam) y en Ibiza y Formentera, de forma similar a otras muchas regiones cristianas, se celebraban procesiones que salían de las iglesias reclamando aguaceros a Dios. Es un dato que puede encontrase en el libro que recoge las charlas de las XIII Jornades de Cultura Popular de les Pitiüses, dedicadas a los usos del agua en las islas. Hay que señalar que tal rogativa sigue existiendo (el año pasado, por ejemplo, la archidiócesis de Burgos emitió un decreto Ad petendam pluviam para que todos sus sacerdotes imploraran la lluvia en todas sus misas).

«Pozos y fuentes de las Pitiüses no son simples elementos patrimoniales esparcidos en campos, bosques e incluso en playas de las islas, sino parte integrante de un territorio y un contexto cultural que se ha de estudiar en conjunto». Así puede leerse en el ´Inventari del patrimoni hidràulic de les Pitiüses´, realizado por el arquitecto Juanjo Serra por encargo del Consell de Ibiza y Formentera. Serra recoge, en los tres tomos del inventario, hasta 250 ejemplos de estas obras. Y aunque algunas de ellas están protegidas como bienes patrimoniales, al menos en teoría, considera que debería existir una «protección generalizada» que incluyera todas las piezas aún existentes, muchas abandonadas, ya secas y muy deterioradas.

Las diferencias

Hay que distinguir pozos y fuentes, aunque, a menudo, por sus similares elementos externos, por su estructura cubierta, puedan parecer lo mismo; el pozo es una excavación vertical en el terreno para extraer agua de la capa freática y la fuente, en cambio, es un sistema para aprovechar las aguas vivas que brotan a la superficie en un manantial, normalmente en el lecho de un torrente. A menudo forman parte de complejos sistemas hidráulicos y su estudio no puede desvincularse del de acequias, aljibes y albercas. Y suelen disponer de pilas (a veces piedras de molino recicladas) para dar de beber a los animales o para lavar. Además, a pozos y fuentes hay que añadir una tercera tipología, el qanat, un sistema de captación de agua introducido en la isla por los musulmanes en el siglo X y que consiste en una conducción para el regadío que parte de un pozo inicial para captar agua subterránea y funciona por la simple fuerza de la gravedad. Aunque muchos expertos lo consideran un tipo aparte, lo cierto es que los que existen se denominan popularmente pozos y eso es lo que parecen a simple vista. La diferencia es cuestión más bien técnica.

Muchos pozos y fuentes, que han dado nombre a fincas e incluso vendes, eran de uso público y existían comunidades de regantes que gestionaban los turnos para irrigar los huertos. Los pozos más antiguos (el pou des Verro, en Formentera, ya está documentado en el siglo XIII) no tenían polea y el brocal era descubierto, con un parapeto, con la parte frontal abierta, y un travesaño empotrado en la boca del pozo para poder sacar agua. Hay dos tipos distintos, los que tenían un parapeto que se levantaba poco más de medio metro y el modelo más evolucionado con paredes más altas, que a veces medían más que una persona de tamaño medio, lo que ofrecía mayor protección frente a posibles caídas accidentales e impedía mejor que el agua se ensuciara. Con los años, se fueron cubriendo y se instalaron poleas, pero esto no sucedió hasta finales del siglo XIX, por lo que la mayoría de los pozos cubiertos que actualmente quedan en pie son las versiones de esa época, a pesar de que las excavaciones de las que se extraía ya agua puedan ser más antiguas y muchos conserven los travesaños de madera que nunca fueron cambiados por poleas. Del primitivo pozo descubierto con brocal bajo se pasó al pozo de brocal alto, y, finalmente, se generalizaron los brocales cubiertos (o capillas) en el siglo XIX. Los puntos de captación de agua de las fuentes también se cubrieron con capillas, aunque, según señala Serra, suelen ser, en general, de menor tamaño que las que resguardan pozos. Tal sutil diferencia no impide que a veces, a simple vista, pozos y fuentes se confundan. Hoy muchos pozos se han secado y otras tantas fuentes han dejado de brotar o ya no se utilizan. Han pasado a ser testimonio del pasado y un patrimonio que, según destaca el arquitecto, merece ser salvado y recuperado antes de que sea tarde para poder hacerlo.

FONT DE BALÀFIA

Esta fuente de Sant Llorenç está adaptada tanto al suministro de agua para el consumo humano como a su uso como abrevadero y también para el aprovechamiento agrícola. Es una de las fuentes más conocidas de la isla, por hallarse cerca de las torres de Balàfia y por su ejemplar restauración y mantenimiento. Cada mes de agosto, en la plaza se celebra una tradicional ballada pagesa y una antigua historia cuenta que cuando uno de los miembros de la comunidad de regantes moría, el resto, para recordarlo, no encalaba la fuente durante todo un año. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 2010.

POU D´ALBARQUETA

También restaurado, este pozo se encuentra muy cerca de los límites entre Sant Llorenç y Sant Miquel. Cuenta una leyenda que los tradicionales bailes populares dejaron de celebrarse frente a él porque los mozos de uno y otro pueblo no paraban de disputarse a quién correspondía el primer baile de la jornada. Tras su restauración, el pou d´Albarqueta vuelve a estar en el circuito y en su reconstruida plaza se celebra una ballada pagesa en el mes de agosto.Una de las particularidades de este pozo es el prisma cuadrangular de su pila, fabricada de un bloque de piedra marés.

POU DES RAFALS

Este pozo, situado muy cerca de la carretera que une Sant Agustí con Sant Antoni, es un buen ejemplo de pozo antiguo, con el brocal alto y descubierto con una abertura frontal protegida por varios travesaños de madera de sabina. El brocal, curiosamente, es asimétrico, tal vez porque se rompió y nunca volvió a repararse. En la restauración de este pozo se mantuvieron todas estas particularidades y se optó, sencillamente, por consolidarlo y limpiarlo. Y también en este lugar se celebra una festa pagesa; el primer domingo de septiembre.

POU DE CORONA

POU DE CORONA También restaurado, este pozo se encuentra muy cerca de los límites entre Sant Llorenç y Sant Miquel. Cuenta una leyenda que los tradicionales bailes populares dejaron de celebrarse frente a él porque los mozos de uno y otro pueblo no paraban de disputarse a quién correspondía el primer baile de la jornada. Tras su restauración, el pou d'Albarqueta vuelve a estar en el circuito y en su reconstruida plaza se celebra una ballada pagesa en el mes de agosto.Una de las particularidades de este pozo es el prisma cuadrangular de su pila, fabricada de un bloque de piedra marés.

FONT DES VERGER

De este manantial, siempre vivo, se extrajeron las cubas que hicieron falta para preparar el mortero de cal y arena empleado en la construcción de la iglesia de Sant Josep, en la primera mitad del XVIII. En sa font des Verger, en el torrente de ses Fonts, se ha mantenido la tradicional ballada pagesa asociada a fuentes y pozos, aunque si antiguamente la fecha escogida para tal ceremonia era el 5 de agosto, festividad de Santa María de las Nieves, en los últimos años el día elegido a lo largo del mes de agosto no ha sido tan preciso. La ballada en esta fuente iba acompañada, además, de un peculiar mercado de frutas en el que se vendían, al atardecer, las manzanas que habían sido recogidas durante la mañana en el mismo torrente.