Rafel Crespí Cladera (sa Pobla, Mallorca, 1962) es el candidato renovador al cargo de rector de la Universitat de les Illes Balears (UIB) y disputará el puesto al actual responsable del campus, Llorenç Huguet. Crespí considera que el actual gobierno de la UIB se ha dedicado a «vegetar» y también lamenta la «pasividad» de Huguet y su equipo en el escándalo Minerval. En cuanto a la sede pitiusa, promete potenciar las clases presenciales y la implantación de másteres.

¿En qué situación se ha encontrado la sede de la UIB en Ibiza? ¿Cuáles son sus principales problemas?

La sede pitiusa tiene una entidad suficiente como para afirmar que esto es universidad y ha de ser potenciada como la Universidad en Ibiza. Queremos mejorar la implicación de la sede con la sociedad ibicenca y, por otro lado, queremos potenciar los estudios universitarios que se pueden cursar desde aquí.

¿En qué consistiría esa potenciación de los estudios?

Básicamente, hay dos patas. Una es cambiar el modelo y la metodología de la enseñanza, que ahora se hace por videoconferencia, que es un modelo relativamente pasivo desde el punto de vista del estudiante. Queremos que sea más interactivo, más presencial. Y, por otra parte, este mayor carácter presencial con más tutorización y más participación de profesores asociados o que vengan de la sede de Palma, debería permitir el abanico de titulaciones que podemos ofrecer en la sede de Ibiza. Concretamente, aparte de ampliar algunos grados que no se hacen, deberíamos poder impartir títulos de másters. Por ejemplo, el máster de práctica jurídica debería ser posible ofrecerlo aquí.

¿La implantación de nuevas titulaciones debería quedar para más adelante?

Si entendemos como titulaciones nuevas títulos que se ofrecen ya en Palma, deberíamos crear grupos con una masa crítica suficiente que nos permita ampliar la oferta de titulaciones. ¿Cuáles? Por descontado, aquellas de las que haya más demanda en la sociedad. Los trabajadores de la sede conocen qué peticiones hace la gente y también se puede hacer una prospección sobre las titulaciones que más puedan interesar a la población.

¿Cómo ve usted la gestión del escándalo Minerval por parte del actual gobierno de la UIB?

Como profesor, desgraciadamente lo he vivido como espectador. He visto cómo el tema estallaba y he visto cómo el rector actual ha tenido una actitud básicamente pasiva, con una falta de comunicación a la comunidad universitaria. Me iba enterando por la prensa, básicamente. Esto ha tenido un efecto sobre la reputación de la Universidad. Salías a la calle y la gente te preguntaba:¿Qué estáis haciendo en la Universidad? Como si nos metieran a todos en el mismo cesto. El no convocar a los órganos de la Universidad para mostrar toda la información que tenían ha hecho que siempre hayamos ido un paso por atrás. La prensa es más activa en este asunto y al final da la sensación de que no hemos estado al frente de la solución del problema.

¿Se atrevería a hablar de negligencia por parte del rector actual en este asunto?

No ha comunicado toda la información. Tenían denuncias por escrito, no por la estafa, pero es cierto que por parte de la institución deberían haber dado una respuesta. Que cada uno apechugue con las consecuencias de haber hecho o no haber hecho lo que le tocaba. Era suficientemente escandaloso como para ir a la justicia.

¿Con qué objetivo se presenta usted a las elecciones para rector de la UIB?

Queremos hacer cosas muy diferentes. Si hemos de seguir vegetando y hacer las cosas como antes, que las siga haciendo quien las viene haciendo. Hemos de dar una propuesta para una universidad más participativa y enfocada a la internacionalización y mayores niveles de calidad. Y todo esto con más transparencia, que ha de ir hacia dentro. Esto quiere decir que si se gobierna o se gestiona la universidad, al asignarnos recursos en la UIB no se pueden tener cajas negras, en las que no se sabe por qué los recursos van allí o a un departamento u otro. Hemos de poner todos los números sobre la mesa y tomar las decisiones oportunas. Y la transparencia también es fundamental tenerla hacia el exterior, porque si la sociedad nos da recursos públicos, hemos de ser corresponsables y hemos de abrir las puertas, ventilar la casa y que la gente sepa qué hacemos con los recursos que nos dan. Puedo asegurar que tenemos una universidad que, en términos de investigación, es homologable a cualquier otra y en términos de docencia lo hacemos muy dignamente, para los recursos que recibimos. Estoy convencido de que podemos hacer un muy buen trabajo.