El 25 de enero fue un día histórico para las Pitiüses. Después de casi ocho años de reivindicaciones el hospital Can Misses realizó sus primeras sesiones de radioterapia. Un servicio público de gestión privada que, desde el primer momento, supera las previsiones de demanta y atención previstas por el Área de Salud de Ibizay Formentera. Ese primer día ya había 30 pacientes en las fases previas al inicio de las sesiones y el propio oncólogo radioterápico de la UTE adjudicataria, Policlínica Miramar Juaneda, Berto Noé, aseguró que en esos momentos el servicio ya estaba funcionando como cualquier otro del hospital.

A mediados de año, el jefe de Oncología del hospital, Sergio Sánchez Cerrato, afirmó que, finalmente, se estaba atendiendo en la isla a todos los pacientes adultos de radioterapia y que no estaba siendo necesario derivar a ninguno de ellos a Mallorca, como estaba previsto en un primer momento. De hecho, el único tratamiento que afirmó que aún no se está aplicando es la braquiterapia, consistente en la implantación de unas semillas radiadas en el cuerpo del enfermo.

Tanto los profesionales como el gerente del Área de Salud de Ibiza y Formentera, Josep Balanzat, destacaron especialmente la posibilidad de realizar radioterapia paliativa, ya que hasta ese momento muchos de los pacientes pitiusos se evían condenados a morir con dolor porque renunciaban o no podían afrontar el desplazamiento a Mallorca.