Desesperados por el funcionamiento del servicio de Urgencias que, un invierno más, se saturó y tuvo a pacientes durante días a la espera de una cama en el hospital. Así comenzó el año en Can Misses, cuyo gerente, Josep Balanzat, reconoció la necesidad de mejorar la organización y adoptar medidas tanto para agilizar el ingreso de los pacientes como para reducir las esperas. «Nadie debe esperar cinco horas en Urgencias», afirmó a finales de junio, cuando repuntaron las denuncias de pacientes del servicio, que estrenó directora en pleno verano: María de los Ángeles Leciñena. La nueva responsable reorganizó los turnos para contar con más médicos en las horas de mayor demanda y anunció la intención de contratar a cuatro facultativos más para el servicio.

Precisamente la atención en el servicio de Urgencias motivó la denuncia de una paciente, que aseguraba habían tardado 5 días en atenderla correctamente a pesar de que, embarazada de seis semanas, estaba sufriendo un aborto. Otra mujer, esta vez de parto, denunció a la conselleria de Salud ante la Guardia Civil porque, según su testimonio y el de un testigo que la ayudó, en el centro de salud de Sant Antoni se negaron a pedir una ambulancia para trasladarla a Can Misses.

Precisamente el Tribunal Superior de Justicia de Balears condenó al Ib-Salut a pagar una indemnización de 600.000 euros a los padres de un niño que nació en Can Misses en mayo de 2008 con una lesión cerebral.

Durante este año la gerencia también ha reconocido que las listas de espera «no son aceptables» a pesar de que desde principios de año se han ido reduciendo. Si a finales de 2015 había 1.199 pacientes a la espera de una operación y 5.279 de una cita con el especialista, a mediados de año estas cifras eran de 959 y 5.053. Sin embargo, lo que había aumentado eran las pruebas pendientes de Radiología (de 6.208 a 7.920).