­Vivir de alquiler en Ibiza a un precio razonable se ha convertido en una utopía para miles de personas que residen en la isla. La burbuja de los pisos de alquiler sigue creciendo de manera imparable y 2016 no ha sido una excepción; es más, en este año se ha constatado aún más el grave problema que supone para la sociedad pitiusa este incoveniente: trabajadores de todo tipo de estratos, desde médicos, jueces, policías, camareros o peones de obras, rechazan trabajar en la isla por la imposibilidad de encontrar una vivienda a un precio digno. El problema ya no es solo temporal, de los meses de verano como ocurría hace unos años, ahora se extiende durante los doce meses del año porque para muchos propietarios la rentabilidad que le aporta alquilar sus pisos en verano es muchísimo mayor, aunque sea ilegal y se oferten auténticos cuchitriles a precios de habitaciones de hoteles de cinco estrellas.

En 2016, de nuevo se ha podido comprobar por plataformas como Airbnb el descaro de muchos propietarios a la hora de poner en alquiler viviendas, o más bien espacios donde dormir, como tiendas de campaña, caravanas, chozas de bambú, jaimas y casas sin baño. En una información publicada el pasado mes de abril por este periódico se ofrecían datos y ejemplos demoledores: el coste promedio de una habitación «privada» en Ibiza en plena canícula es de 115 euros por día (3.565 al mes; 94 euros al día en septiembre); el de una habitación compartida (colmenas de hasta ocho y 16 personas) era aún más caro, 118 euros (3.658 euros al mes); o alquilar una casa entera, sin tener que compartir el baño con desconocidos, valía un promedio de 494 euros por jornada en agosto (15.314 euros de media todo el mes).

En Ibiza todo vale: camas calientes por 50 euros al día, un autobús de presidiarios reciclado en caravana que costaba 295 euros diarios en agosto, una jaima en un jardín que en agosto salía a 173 euros la noche, o una cochambre construida con bambú por la que pedían120 euros la noche...

Por eso, no es de extrañar que en los últimos años la conciencia ciudadana haya despertado para denunciar estos abusos. Así nació el año pasado la plataforma ´Indignación por el alquiler abusivo en Ibiza´ que ha denunciado centenafes de anuncios de alquileres abusivos en la isla y a la que se le ha sumado ´Ibiza afectados con los alquileres´, que tiene más de ocho mil seguidores en su página de Facebook y sigue trabajando para limar el fraude de los alquileres de viviendas en la isla.

El movimiento ciudadano se llegó a plasmar en una manifestación que reunió a 200 personas en Vara de Rey, el pasado mes de abril. Incluso, este año se ha editado el documental ´Se alquila piso en Ibiza´ elaborado por el periodista argentino Hernán Nogués, que ha sufrido en primera persona este problema. «Es un problema político y ético», afirmaba Nogués en las páginas de este periódico. Como su historia, la de muchas personas e incluso residentes que ven como la isla está dejando de ser un lugar habitable.