De algarrobos, almendros e higueras «apenas hay cosecha y la poca que hay es de muy baja calidad», detalla Joan Marí, presidente de Agroeivissa: «Tengo una vecina de 76 años que dice que nunca había visto algo igual. Esta semana, la mujer intentaba sacar de sus cultivos cuatro almendras para la salsa de Navidad. Son árboles bonitos y grandes, pero solo tenían una decena de almendras en sus ramas». Bernabé Linero también estima «un descenso productivo muy fuerte» este año: «La cosecha del año pasado fue mala, pero si la sequía persiste será peor aún la que se avecina». Además, «hay almendros que están empezando a caer por la sequedad extrema». El hongo fusicoccum, que está causando estragos en Mallorca, se ceba entonces en ellos: «Pero porque se aprovechan de los árboles que están secos, que mueren por sed.

A perro flaco todo son pulgas. No es una patología que tengamos aquí, sino algo secundario: se aprovechan del estado calamitoso del árbol», señala el ingeniero agrónomo de la Cooperativa de Santa Eulària. Alicia Morales, técnica de la Cooperativa de Sant Antoni, confirma que el hongo no afecta como en Mallorca, pero que la sequía de los tres últimos años está perjudicando la producción de almendra: «Por lo que he visto cuando voy al campo, va a ser baja».