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Obituario

Fallece a los 88 años Joan Torres Mayans, el último gran molinero de las Pitiusas

Fallece a los 88 años Joan Torres Mayans, el último gran molinero de las PitiusasXESCU PRATS

Joan Torres Mayans, Joan des Moliner, falleció ayer en su casa de la Mola a los 88 años de edad. Este vecino de Formentera fue siempre muy reconocido por su carácter afable y su disposición a transmitir a las generaciones más jovenes los secretos que atesoraba en relación a la construcción y funcionamiento de los molinos de viento. Joan des Moliner escondía a un auténtico ingeniero que aprendió el arte de dominar los vientos de su abuelo, Bartomeu Mayans Mayans, cuando era niño, una tradición que ha legado a uno de sus sobrinos.

Nació en Formentera el 9 de diciembre de 1927 y fue el mayor de tres hermanos. Desde los ocho años comenzó a aprender el antiguo oficio de molinero y fue el responsable de mantener en funcionamiento el emblemático molino viejo de la Mola hasta 1964. Posteriormente, lo restauró para venderlo a la Fundació Illes Balears, que lo adquirió en noviembre de 1993. Actualmente es el único molino que mantiene toda su maquinaria en perfecto estado. De hecho, se puso en funcionamiento el pasado año y se intenta realizar la maniobra una o dos veces al año para mantenerlo operativo.

Pero Joan Torres fue también reconocido principalmente por haber recuperado y restaurado los antiguos molinos de Puig d´en Valls en Eivissa y los de Jeroni y de Mateu, en Formentera.

Cuando estos monumentos, que forman parte del patrimonio histórico de las Pitiüses, dejaron de funcionar, él fue el único que se propuso recuperar todo un símbolo de lo que fue la base de la alimentación en estas islas. En estas obras, de auténtica artesanía, siempre utilizó los materiales y los procedimientos de trabajo tradicionales que su abuelo le transmitió de forma oral y práctica.

Su última obra

Su última obra fue, a finales de los noventa, la construcción de la maquinaria que se instaló en la antigua noria que está situada junto al Museo Naval de Sant Antoni, en la Punta des Molí. En esta y otras actividades contó con la colaboración de su sobrino, Xico Torres, a quien Joan des Moliner enseñó el oficio.

Por eso, en 1998 el Govern balear le otorgó el Premio Ramon Llull como reconocimiento a su labor de recuperación de una buena parte del patrimonio histórico de Eivissa y Formentera.

Pero los reconocimientos institucionales tampoco pararon porque el pasado año recibió uno de los premios Sant Jaume que otorga el Consell de Formentera con motivo de su Diada, el 25 de julio. En ese momento, la institución también quiso reconocer la labor de este hombre generoso y sencillo.

Joan Torres recibió siempre estos premios con agradecimiento pero con mucha humildad ya que en su fuero interno no se sentía merecedor de tanta atención.

Era una persona afable, de conversación fácil, de carácter optimista y con un sentido del humor que le hacía andar por la vida con una sonrisa permanente. Con el paso de los años fue diagnosticado de hipertensión arterial y una crisis fue la que provocó su fallecimiento mientras estaba sentado en un sillón de su casa. Justamente ayer celebraba su onomástica.

Otra de sus aficiones cuando ya vendió el molino a la Fundación Illes Balears fue realizar miniaturas de molinos de viento.

Con paciencia y mucha dedicación este ingeniero, maestro de los vientos, realizó varias reproducciones que enseguida se popularizaron entre sus vecinos. Todavía se pueden ver algunas de estas piezas en algún club de jubilados y casa particular, como símbolo de una sistema de vida ya desaparecido.

Los actos funerarios comenzarán hoy con el velatorio entre las 16 horas y las 18 horas en la casa parroquial del Pilar de la Mola. Después será oficiada una misa funeral, seguida del entierro en el cementerio de su pueblo natal.

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