­Detener «el despropósito» de las prospecciones petrolíferas previstas en el Golfo de Valencia por la empresa Cairn Energy a 30 millas de la costa ibicenca es «posible». Y existen antecedentes, como un proyecto similar previsto en Nueva Zelanda que fue paralizado gracias a «la gran presión ciudadana». Este es el objetivo que se ha marcado ahora la Alianza Mar Blava-Ibiza y Formentera Zona Libre de Prospecciones, a la que por el momento se han sumado 30 entidades entre instituciones, asociaciones empresariales y organizaciones sociales de Ibiza y Formentera. El grupo aún está abierto a nuevas incorporaciones.

El objetivo es ejercer «un lobby» de presión en Madrid e incluso en Bruselas para echar atrás los planes de la compañía escocesa de buscar y extraer petróleo en aguas profundas (a 1.400 metros) del Mediterráneo, lo que podría suponer «un riesgo enorme de fugas de dos o cuatro toneladas al día», según explicó ayer en la presentación de la alianza Sandra Benbeniste, coordinadora del Fondo para la Conservación de Ibiza, la entidad que ha promovido el movimiento contra las prospecciones.

Para ello, y ante la amenaza de que la primera fase del proyecto, la de los sondeos acústicos (ya cuenta con los permisos), se inicie a partir de octubre, la Alianza Mar Blava se pone en marcha de inmediato con un fondo de 16.000 euros (del Fondo para la Conservación de Ibiza) para iniciar los primeros pasos (pagar a dos técnicos y poner en marcha la web) durante los próximos seis meses. A partir de entonces, se deberá continuar con la financiación de los grupos de la alianza. En lugar de dinero, algunas entidades podrán aportar otras cosas, como asesoramiento. La Alianza cuenta con Sara Pizzinato, consultora ambiental que ha trabajado siete años en Greenpeace y que se dedicará en exclusiva a montar el grupo de presión.

La carta principal

Pizzinato explicó ayer en la presentación del movimiento que, para empezar, se remitirán cartas al Ministerio de Industria para que retire el proyecto (por ahora se niega a hacerlo argumentando el coste de posibles indemnizaciones) y al de Medio Ambiente para que ordene una evaluación de impacto ambiental, con resultado «negativo». La alianza considera que la llave para detener esta «barbaridad» es forzar al Gobierno a «no conceder la autorización ambiental del proyecto», lo que no supondría coste alguno para sus arcas. «En este momento, sería la persona [el ministro] con más posibilidades de parar las prospecciones en el Golfo de Valencia», subrayó Pizzinato, que explicó que Medio Ambiente tiene la potestad de decidir si el proyecto debe someterse a evaluación de impacto, que garantiza «la participación de todas las entidades e instituciones», o la declaración de impacto, que es «un proceso interno» del Ministerio.

Asimismo, también se pedirá a Medio Ambiente que se evalúe de forma conjunta mediante una evaluación ambiental estratégica todos los proyectos de prospecciones previstos que afectan al Mediterráneo: Canarias, Golfo de León y Tarragona. «El Mediterráneo es un mar pequeño y está interconectado, por lo que los efectos podrían ser acumulativos», justifica . También se pedirá una reunión con la filial española de Cairn Energy y con los grupos políticos del Congreso y el Senado. Tanto los gobiernos del PSOE, la pasada legislatura, como el del PP, en la actual, se han negado a dar marcha atrás.

La Alianza Mar Blava contará con un comité científico, cuya composición aún no está cerrada.