El Grupo Matutes ya ha agotado el recorrido judicial para intentar defender que no hubo un pacto con la constructora de la autovía del aeropuerto para destinar la tierra extraída durante las obras al campo de golf proyectado en Platja d´en Bossa y para lograr el pago de una indemnización por daños y perjuicios. El Tribunal Supremo ha rechazado el recurso de casación presentado por Fiesta Hotels & Resorts S.L., contra la sentencia de la Audiencia Provincial en la que se confirmaba la sentencia anterior, en primera instancia, en la que se daba por probado que hubo ese pacto, aunque «no expresado por escrito».

El recurso presentado por Fiesta Hotels ante el Supremo se basa en la infracción, a su entender, de algunas de las normas reguladoras de la interpretación de los contratos según establece el Código Civil y sobre la interpretación de la voluntad de los litigantes. El tribunal solo admitió a trámite dos de los seis motivos alegados en contra de la sentencia de la Audiencia. También se impone a Fiesta Hotels el pago de las costas.

Uno de los argumentos que destaca la sentencia es el de «los comportamientos elocuentes de cumplimiento del contrato», entre los que apunta el hecho de que la Audiencia Provincial diera «una particular significación» al hecho de que «la tierra no se hubiera depositado de modo que permitiera su próxima retirada, sino que se había repartido de manera que la superficie de la finca fuera apta para el juego del golf, todo ello de conformidad con el proyecto elaborado por la propiedad [de las fincas, que es Fiesta Hotels] y que obraba en poder de la demandada [la UTE Accesos Ibiza] para posibilitar una distribución adecuada».

Pérdida de beneficio

Cabe tener en cuenta que Fiesta Hotels alegó en su demanda, presentada en primera instancia en los juzgados ordinarios, que la constructora (UTE Accesos Ibiza) le pidió permiso para depositar en sus terrenos la tierra extraída durante las obras y que se le permitió, verbalmente, pero solo de un modo provisional para no perjudicar el desarrollo de la temporada turística. Añadió que tanto la UTE como la Comunitat Autònoma «habían obtenido beneficios como consecuencia de su tolerancia», por lo que reclamaron el pago de una indemnización por daños y perjuicios: 125.000 euros mensuales desde el 1 de mayo de 2007 hasta que se retirase todo el material acumulado.

Por su parte, la UTE Accesos Ibiza defendió en el juzgado, en respuesta a la demanda de Fiesta Hotels, que la propiedad de los terrenos le propuso en su momento que depositara la tierra en sus fincas «con carácter definitivo». «Y que ella lo aceptó, con la consecuencia de que dejó de cobrar importantes sumas del Govern balear», defendió la constructora, según recuerda la sentencia del Supremo, en referencia a que Fiesta Hotels renunciaba a cobrar por la ocupación temporal de sus terrenos. Con este acuerdo, la constructora se ahorraba, además, los costes de transporte y el traslado de los áridos a una cantera en vía de regeneración, tal como preveía el pliego de condiciones de la contrata.

Por otra parte, el Grupo de Empresas Matutes, que asegura que no tiene nada que decir sobre la sentencia, insiste en que la constructora está incumpliendo su compromiso de retirar la tierra.

Pese al acuerdo adoptado por las dos partes, el anterior Govern balear anunció a principios de febrero la retirada de la tierra. En junio el Grupo de Empresas Matutes ya calificó de «engaño» el anuncio del Ejecutivo autónomo, ya que hasta entonces solo se había retirado tierra en la zona donde se proyecta construir una balsa de drenaje para regalarla. Fuentes del Grupo Matutes aseguran que la situación no ha cambiado. La propiedad de los terrenos ha levantado varias actas ante notario sobre la situación de los terrenos. Por el momento, no se ha retirado tierra de la zona más sensible, al oeste del camino de sa Gamba Roja, donde se encuentra el área periférica de protección del Parque Natural de ses Salines. El anterior Govern había anunciado que en cuestión de meses se habría retirado el material acumulado.