Los refrescos y las patatas fritas ya están preparadas sobre la mesa de una de las aulas de los servicios sociales de Sant Antoni. Los niños, una decena, corren, juegan y chillan en el reducido espacio, adornado con globos, guirnaldas y algún dibujo. En la pizarra hoy no hay números, multiplicaciones kilométricas ni palabras en inglés. Cada vez que se abre la puerta los chavales contienen la respiración. Esperan a Óscar Sánchez y Mireia García, sus profesores de verano, a los que, pasadas las once, reciben con un aplauso tan cálido que supera con creces los más de 30 grados que soportan en el aula cerrada. Los niños revolotean a su alrededor y ríen. Solo falta que la concejala de Bienestar Social de Sant Antoni, Maria Ramon, les entrege sus diplomas para que empiece la fiesta.

Óscar y Mireia han pasado el verano impartiendo clases de repaso, de forma totalmente altruista, a una veintena de niños y adolescentes de familias atendidas por los servicios sociales del municipio. Chicos de entre 4 y 16 años que varios días a la semana durante los meses de julio y agosto han recibido clases para no olvidarse de cómo sumar, restar y multiplicar y adelantar un poco el nivel de inglés de cara al curso que empiezan en unos días. Un repaso para familias que no podrían pagar una academia.

Óscar, profesor jubilado, pasa el invierno impartiendo clases de inglés particulares, así que cuando Carmen Vargas, educadora de los servicios sociales y quien tuvo la idea de estas clases de repaso (según se encarga de recalcar Óscar), puso en marcha el proyecto no se lo pensó. «A mí me gusta dar clases de inglés, pero también puedo darlas de matemáticas porque soy licenciado en Química, y me encanta ayudar a los demás», comenta Óscar mientras los pequeños disfrutan ya con el festín con el que llevaban tiempo salivando. «En verano estoy en casa sin hacer nada y esto me llena mucho», añade el profesor. Óscar, colombiano, descubrió Ibiza hace décadas y se quedó atrapado por la «magia de la isla».

De Perú a Sant Antoni

Mireia, educadora infantil, acababa de regresar de Perú, donde había estado desarrollando un proyecto solidario con una beca, cuando se enteró del programa de voluntariado de Sant Antoni. «Pregunté, vine y al cabo de una semana me llamaron para hacer de apoyo a Óscar», detalla la joven, que comenzó sus clases voluntarias de matemáticas en el mes de agosto. «Lo de sumar y multiplicar lo llevaban un poco mal, pero creo que lo que han aprendido les servirá de cara al curso que viene», asegura mientras una de sus alumnas le tira de la camiseta para que le haga caso. «Lo mejor es el afecto que te dan», indica sonriendo.

Los profesores aseguran que a pesar del calor que hace en el aula, de que es verano y de que los niños tenían más ganas de divertirse que de ir a clase «se han portado bien» y «estaban muy receptivos». «Se han portado mal, fatal», bromea Óscar esperando provocar a sus alumnos de verano, que acogen el comentario con sonrisas llenas de ganchitos, patatas y galletas. «Son movidos, pero cuando tocaba concentrarse lo hacían», concede Mireia antes de sumarse a la fiesta rodeada de niños.

Óscar confiesa que ha tenido que adaptarse un poco a sus nuevos alumnos, ya que está acostumbrado a tratar con adultos en sus clases. «Al ver tanto niño me volví loco», asegura. «Mireia sabe manejarlos mejor», añade el profesor, que detalla que una de las cosas en las que más se ha centrado estos dos meses es en el cálculo mental. «Todos cuentan con los dedos, así que nos hemos pasado buena parte de las clases sumando y restando de cabeza. ¿Cuántos son cinco y siete? ¿Cuántos son tres y dos? Y tenían que responder. No estoy muy seguro de que eso se les haya quedado, pero sí estoy muy satisfecho con el curso de inglés», asegura. Orgulloso, explica que en la última clase sus alumnos contaron de cien hasta cien mil, uno a uno, y casi sin equivocarse. «Era muy fácil», indica el maestro. En estos meses, además de los números, han aprendido algunos verbos y vocabulario con los textos en inglés que Óscar les animaba a traducir al castellano en las clases, que ahora, confiesa, echará de menos.