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Santa Eulària

Denuncian la reducción del perímetro protegido del acueducto romano

Una experta dice que las normas subsidiarias de Santa Eulària recogen que el uso del terreno es residencial pese a que tendría que ser público y libre

Una arquitecta urbanista especializada en rehabilitaciones que ha visitado estos días el acueducto de s´Argamassa a petición de la asociación Rasar –colectivo que lucha por su recuperación– expresó ayer su «asombro» por el estado de «deterioro» en que se encuentra el monumento, declarado Bien de Interés Cultural en 1998, y denunció la existencia de incoherencias en el perímetro de protección de la construcción y los usos de los terrenos en los que se encuentra.

La especialista, Soledad del Castillo Pineda, explicó que la distancia de protección en torno al monumento debería ser de 25 metros, pero que en documentos del Ayuntamiento de Santa Eulària ha encontrado que ésta se ha reducido a 10. «No sé a qué se debe el cambio y en la documentación que he revisado no se aclara, pero siempre se suele evolucionar de una distancia menor a otra mayor», indicó. A este respecto, la portavoz de Rasar, María Jesús García Ojosnegros, subrayó que «no hay ni cinco metros de protección».

Asimismo, Del Castillo Pineda señaló que tras ver las normas subsidiarias de Santa Eulària ha comprobado que a un lado del monumento el terreno está declarado de uso público y libre, mientras que al otro, donde se encuentra el hotel, se le designa como residencial. «En un monumento, al menos en diez metros a cada lado [si no los 25 que marca la ley] el suelo debe ser público y libre y no puede tener otro uso», subrayó la arquitecta.

Del Castillo Pinedo también se refirió al hecho de que uno de los edificios del hotel haya invadido el acueducto, algo que a su juicio es «ilegal». Según la documentación que ha podido ver y lo que le han comentado, «la edificación es reciente y posterior» a la declaración de Bien de Interés Cultural, de manera que va contra toda normativa y «debería ser derruido».

«No solo no se ha protegido el monumento sino que está construido», apostilló García Ojosnegros, que insistió en que «está roto en la parte del hotel».

La arquitecta consideró que, a la vista de la situación del monumento, no parece que haya «mucha voluntad» por cuidarlo. «Si no conoces algo que está mal, puede que no hagas nada, pero si te lo dan a conocer, tú obligación es llevarlo a la legalidad vigente», subrayó en referencia a la intervención que debería tener la Administración. «Por acción o por omisión no se está actuando correctamente», añadió.

Por su parte, la presidenta de Rasar se mostró indignada porque las administraciones «se echan la pelota unas a otras y no hacen nada».

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