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Operación Trueno

Perelló dispone de una semana para evitar el colapso de GPS

Debe reunir al menos dos millones de euros - El interventor judicial del Grupo Playa Sol tiene que pagar el material suministrado por proveedores en agosto de 2009 y las nóminas del pasado mes de mayo

Para buscar el dinero, Javier Perelló no tiene demasiadas alternativas. Según confirmó el propio interventor judicial a un grupo de los principales proveedores a los que la cadena hotelera adeuda dinero en una reunión el pasado jueves en la sede de GPS, la única opción radica en el Banc de Crèdit, la entidad financiera con la que trabajaba prácticamente en exclusiva Ferré Cardo para levantar su imperio, ahora al borde del colapso.

«Si el Banc de Crèdit no le facilita ese dinero, ni nosotros ni los empleados cobrarán, dejaremos de suministrarle material y el grupo se irá a pique en tres días». Dos de los quince (aproximadamente) acreedores de GPS que estuvieron presentes en ese encuentro (preparado por el propio Perelló para «poner las cartas sobre la mesa», explicó uno de ellos), confirmaron que la deuda total del grupo a empresas de la isla sólo por encargos en agosto pasado podría aproximarse a los dos millones de euros, a lo que habría que sumar la cantidad a desembolsar en concepto de nóminas del pasado mes de mayo. También ratificaron que el plazo para cobrar (concedido en un «acto de responsabilidad para dar oportunidades al grupo», matizaron) vence el próximo viernes.

La deuda contraída con los proveedores corresponde al material (bebidas, comida, útiles de oficina, de limpieza, etcétera) que vendieron a los hoteles de GPS durante agosto de 2009, aunque tampoco se ha pagado el material de septiembre y octubre, abonados con pagarés que vencerán a finales de este mes y del próximo julio. Esto es así porque Ferré hizo frente a los costes con pagarés, método utilizado para afrontar la mayor parte de sus desembolsos, a cobrar en nueve meses. Prácticamente todos los que vencieron el 31 de mayo pasado fueron devueltos, indican los propios acreedores.

Los empresarios consultados reconocen que se encuentran en una situación muy delicada. Por una parte, necesitan cobrar lo que facturaron en agosto a una cadena que gestiona 58 hoteles con capacidad para alrededor de 18.000 turistas, lo que genera una actividad que para muchos de estos proveedores puede representar una parte sustancial de sus ingresos anuales. Y si no cobran, admiten que podrían verse obligados a recortar plantillas, como medida para paliar la merma de ingresos a corto plazo.

Pero los empresarios también son conscientes de que si paralizan el suministro de materiales a GPS los hoteles de este grupo no podrían atender a sus clientes, éstos se irían y el grupo dejaría de ingresar un dinero que podría ser utilizado para saldar lo que se les adeuda. Perelló también sabe que la situación que ha heredado de Ferrer, su jefe hasta que ingresó en prisión, es insostenible. Y por este motivo citó a los empresarios a una reunión de urgencia. «No sabemos qué hacer –reconocen éstos–, pero está claro que tenemos que cobrar o la mayor parte de nosotros entrará en una situación económica delicada».

Este «balón de oxígeno» que le han otorgado a GPS tiene no obstante fecha de caducidad: «Hemos accedido a darle una semana para que solucione el asunto», aseguran estos empresarios, que también han optado por facilitar a los hoteles material «con cuenta gotas». Esto es, el «justo y necesario» para que los establecimientos puedan seguir atendiendo a sus clientes.

Convocados en la sede hotelera

Los proveedores a los que GPS adeuda el material de agosto de 2009 fueron convocados por el interventor judicial en la sede empresarial situada frente a Endesa. El encuentro duró «veinte minutos escasos», indican varios empresarios.

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