Algunos tripulantes de los barcos que pernoctaban en el campo de boyas de s´Espalmador el sábado escucharon el silbido de un cohete y observaron con sorpresa que alguien, en vez de lanzar la bengala al aire, la había disparado en dirección al mismo islote. «En dos minutos ya se había prendido fuego», relata Diego Calvo, uno de los testigos del desastre, empresario de un chárter que navega por las Pitiüses.

La imprudencia humana provocó un incendio en el islote cuyas grandes llamaradas se podían ver desde es Pujols y los puntos más elevados de la isla, lo que consternó a muchos residentes, poco acostumbrados a este tipo de sucesos.

El operativo de extinción contó con una treintena de personas: de Formentera, participaron siete miembros de Protección Civil, cuatro bomberos y personal del Ibanat. De Eivissa, nueve técnicos del Ibanat y dos de Medio Ambiente. También se sumaron a los trabajos técnicos de la Reserva Marina de es Freus y los inspectores, así como voluntarios, según los datos facilitados por el conseller Bartomeu Escandell.

Además, intervino personal de la dirección general de Emergencias, la Guardia Civil Formentera, Salvamento Marítimo de Eivissa y Sant Antoni, la Policía Local de Formentera, un técnico de Medio Ambiente del Consell y particulares, que ayudaron al traslado a s´Espalmador, según informó la agrupoación de voluntarios de Protección Civil de la isla.

Asimismo, participaron en los trabajos de extinción las dos barcas de la empresa de control de fondeos Pitiusa de Ecología, con siete personas, que se ocuparon de trasladar material, entre otras labores.

Una noche muy dura

El equipo logró apaciguar las llamas, hasta el punto de que una hora y media después ya no se avistaban desde Formentera. Durante la noche los profesionales desplazados al islote consiguieron controlar el fuego, hasta que a las nueve de la mañana llegaron los refuerzos desde Mallorca con un helicóptero, para alivio de los bomberos y técnicos de Ibanat que llevaban trabajando toda la noche y que a primera hora de la mañana seguían en sus puestos.

La hectárea afectada es una extensión que abarca un golpe de mirada en 180 grados en el área sureste detrás de la cala de s´Alga. Se trata de una porción de las 190 hectáreas que conforman el islote de s´Espalmador.

La imagen de los seis profesionales del Ibanat de Mallorca aplacando ayer por la mañana los últimos resquicios de las brasas con las mangueras era impactante. En dos grupos de tres se repartieron por el terreno, y rociaban cada centímetro con agua extraída de las cristalinas aguas de la cala de s´Alga, mientras las lagartijas correteaban entre las cenizas del área afectada.

Allí mismo, a escasos metros del lugar donde se extraía el agua, más allá de los pocos bañistas que disfrutaban de una mañana soleada, permanecía fondeado muy cerca de la orilla, como una sombra, el yate ´Ruah´, cobijo del causante del incendio.

A primera hora de la mañana se acercaron a evaluar los daños el presidente del Consell de Formentera, Jaume Ferrer, junto al conseller del área de Presidencia, Bartomeu Escandell, y Daisee Aguilera, consellera de Medio Ambiente.

«No he podido dormir en toda la noche pensando en la devastación del incendio», lamentó inquieto Jaume Ferrer, que sabía que el incendio estaba estabilizado desde las dos de la mañana. «Afortunadamente en esta ocasión no ha habido víctimas, como sucedió en el incendio de sa Pujada en el año 2010», agregó el presidente de la isla.

Por su parte, Bartomeu Escandell informó de que el causante del fuego fue detenido enseguida por la Guardia Civil, para ser puesto a disposición del juez.

Si algo preocupaba al Consell y a Medio Ambiente ayer era el impacto del fuego, el área afectada y la capacidad de regeneración de la naturaleza en los próximos meses. «Nos preocupaba que el gran sabinar que hay en s´Espalmador hubiera ardido», explicó Bartomeu Escandell. Se quemó una hectárea de sabinar de gran valor medioambiental, un desastre ecológico según los expertos (ver páginas 4 y 5).