­EL director general de Puertos y Aeropuertos del Govern balear, Antonio Deudero, se reúne esta mañana, primero en Formentera y luego en Ibiza, con representantes de las administraciones de ambas islas para tratar «la problemática de los party boat» (fiestas en barco), que en los últimos veranos proliferan en aguas pitiusas pero sobre todo del Parque Natural de ses Salines.

Muchas de estas empresas eligen las playas de Formentera para fondear sus embarcaciones e incluso, a veces, para desembarcar a los turistas rompiendo la tranquilidad que buscan el resto de los bañistas y provocando, en ocasiones, situaciones peligrosas para su propia seguridad.

Con el fin de controlar este tipo de excursiones, un auténtico reclamo de verano para el público joven, desde hace dos años las administraciones, como los consells y los ayuntamientos pitiusos afectados, buscan soluciones a una actividad molesta que no está regulada por ninguna normativa pero que reporta importantes beneficios para las empresas que la explotan.

A final de la temporada pasada el director general de Puertos reconoció que se debían coordinar los diversos organismos implicados ya que esta actividad afecta a distintas áreas competenciales. Por eso, a las dos reuniones de hoy (la primeras a las 11 horas en Formentera y la segunda, a las 13.30 horas en Ibiza) han sido invitados, además de consells y ayuntamientos, el director insular de la Administración del Estado, Rafael García Vila, y representantes de Capitanía Marítima, la Autoridad Portuaria, la Demarcación de Costas, el servicio marítimo de la Guardia Civil.

La postura de Formentera

La consellera de Turismo y Movilidad de Formentera, Alejandra Ferrer, recordó que el Consell lleva varios años denunciando esta situación sin que se hayan producido avances: «Siempre nos han dicho lo mismo, que no lo tienen claro y que nadie sabe quién tiene las competencias ya que esta actividad afecta a varias administraciones, por lo que es muy complicado regularla». Avanzó que «salvo sorpresa», lo que el director general presentará en Formentera y luego en Ibiza será «un manual de buenas prácticas» que ha redactado con la Asociación Patronal de Empresarios de Actividades Marítimas de Balears (Apeam) como representantes de las empresas de excursiones marítimas y de party boat.

Sin embargo, la consellera adelantó que para la primera institución insular esa eventual declaración de buenas intenciones «no tendrá valor si solo se queda en eso» ya que lo que el Consell persigue es «regular esta actividad de manera estricta». Ferrer reconoció, no obstante, que existe un «vacío legal» en esta materia y que el pasado año se produjo «una pequeña mejora», ya que las embarcaciones de los party boat dejaron de elegir las aguas del Parque Natural de ses Salines para desplazarse a otros enclaves, como la zona de es Pujols o de Cala Saona. Sin embargo, esta decisión no le convence ya que «como ahora van donde no es Parque Natural no podemos hacer nada en contra, pero el problema sigue», subrayó.

La consellera de Turismo puntualizó: «El problema no está en que haya barcos que organicen fiestas a bordo ya que mientras no molesten a nadie nosotros no tenemos ningún problema». Pero recordó que «la contaminación acústica» que produce la música a todo volumen se propaga por amplias zonas de la costa, por lo que reciben «quejas constantes tanto de residentes como de bañistas que eligen Formentera en busca de tranquilidad», recordó.