Los responsables de campaña del PP lo tenían muy fácil para bautizar su último gran acto de cara al 26M. 'Paella popular' ya les sirve para identificarse y abarcar una invitación masiva a su cita. Y, una vez más, demuestran su capacidad de movilización con más de 700 asistentes, que cumplen con un perfil en el que los apellidos ibicencos siguen siendo mayoría, así como una media de edad ante la que Ana Juan, que supera la cuarentena, musita que se siente más joven. (Ver galería de imágenes)

«He venido para acompañar a mi madre, nunca había estado en un acto de estos», se justifica entre risas. «Pero me gusta mucho Vicent Marí, tiene Santa Eulària muy limpia y a ver si consigue lo mismo con toda la isla», destaca.

A la una y cuarto del mediodía, cuando todavía no se ha llenado ni la mitad del aforo de la carpa aledaña del Recinto Ferial, llega la comitiva de protagonistas. Se adivina por el revuelo que se forma en el rincón exterior donde trabajan los cocineros, a los que se suman el número 2 del PP a les europeas, Esteban González Pons, y el candidato a presidir el Govern balear, Biel Company.

Los dos políticos empiezan a remover el fondo de la paella, posando ante los móviles de los simpatizantes, junto al presidente insular y alcaldable de Vila, José Vicente Marí Bosó, y la mallorquina Rosa Estaràs, también candidata a las europeas. Devuelven las palas a los cocineros entre los vítores de un señor que observa la escena («¡muy bien, muy bien!»), que más tarde volverán a simular de nuevo.

La comitiva de candidatos se dirige a la carpa y la versión épica del himno del PP, estrenada en enero, solemniza su entrada. Tras saludos y apretones de mano, comparecen ante la prensa, a tiempo para los informativos de mediodía. Marí Bosó presenta a González Pons como «un valenciano que es ibicenco» y éste dirá de Biel Company que «dentro de sus zapatos no hay unos pies, sino raíces». Los tres convierten a Vox, «el populismo de extrema derecha», en el leit motiv de su mensaje, y advierten de que el voto al PP evitará otros «cuatro años de parálisis con socialistas y Podemos». «Sólo el centro político sirve para frenar a la extrema derecha y la extrema izquierda».

Tras esta comparecencia, los fotógrafos, que no habían llegado a la escena de las paellas, piden que se repita de nuevo. Después de otro posado, llegan de las fiestas de Puig d'en Valls el candidato al Consell, Vicent Marí, y la alcaldable de Santa Eulària, Carmen Ferrer, así que toca una tercera sesión. La posibilidad de una cuarta, cuando llegan, apresurados, los candidatos al Parlament, Toni Costa, y a Sant Antoni, Marcos Serra, se descarta. Son las dos y es hora de los mítines ante el público.

«Ibicenca de Valldemossa»

Como presidente del partido, Marí Bosó presenta al resto de candidatos en el escenario. También a la «ibicenca de Valldemossa» Rosa Estaràs y a Francesc Gambús, que fue elegido eurodiputado siendo miembro de Unió Democrática, en lista conjunta con el PNV y la extinta CDC, y acabó integrándose en el Grupo Popular Europeo.

Bosó, en tono enérgico, advierte al público de que el PP conoce bien «a todos estos que han ido pasando de un partido a otro para asegurarse un voto», citando a EPIC, Vox y el PI. «En 2015, el PI consiguió 2.000 votos y ningún conseller» y les culpa de impedir así un gobierno popular. Pide a todos los militantes que, esta semana, difundan este mensaje en la calle para evitar otra legislatura de la izquierda. Pero el mantra del «populismo de ultraderecha de Vox» supera, por goleada, al de la parálisis con otros cuatro años de «socialistas y los comunistas de Podemos», como los calificará Vicent Marí, el único que mencionará a Ciudadanos y que prometerá la derogación del PTI.

En un lateral de la carpa, ahora llena, sigue atento las intervenciones Juan Haro, «un voluntario del PP», que ofrece el taburete que iba a llevar hasta el escenario al subir Biel Company, pero éste da su discurso de pie. Haro confiesa que, «ahora que están todos juntos», les hará una reclamación tras el mitin. «Que la Seguridad Social cubra el arreglo de la boca» y señala los dientes que le faltan por una enfermedad. «Me piden 35.000 euros por la boca entera y no puede ser que se pague el cambio de sexo, que me parece muy bien, y no se haga lo mismo con la dentadura», lamenta. «Me gustaría coger el micro y decirlo por megafonía», comenta, buscando una mirada cómplice. Pero descarta el reto.

Acaban las intervenciones y, nada más empezar los aplausos, empiezan a salir las bandejas con ensaladas que precederán a la paella popular, bien removida.