Este año 2020 será inolvidable para la Peña Deportiva. Por lo que pudo ser y no fue, pero sobre todo por lo que sí se consiguió. Porque en la Costa del Sol el primer equipo del club peñista, entrenado por Raúl Casañ, ha escrito la página más brillante de sus 85 años de historia: nada más y nada menos que disputar la fase de ascenso a la Segunda División, ganar el primer cruce el Marbella (0-2) y hacer sudar en las semifinales a todo un Castellón, que venció por 0-1en la prórroga y con un bloque peñista jugando con dos menos por las injustas expulsiones de Cristian Cruz y Marc de Val.

Sólo basta echar un vistazo a las redes sociales para comprobar la cantidad de elogios que está recibiendo una Peña que representa la esencia del fútbol honrado, el de un equipo de compañeros muy currantes.

Con esa misma receta la Peña Deportiva ha firmado la mejor temporada de su vida en la Segunda B, en la que acabó cuarta del grupo I cuando el Covid-19 impidió que se jugara más. En una Liga en la que sorprendió a propios y extraños, liderando en varias jornadas la competición y dejando victorias imborrables como las logradas ante el Real Madrid-Castilla (entrenado por la leyenda madridista Raúl González Blanco) o frente al Atlético de Madrid B. Un presagio de que la primera permanencia de su historia en la categoría de bronce iba a traer algo todavía mucho mejor, como así se ha comprobado en este novedoso play-off exprés que aún se disputa en la Costa del Sol.

Tampoco hay que olvidar que este curso 2019-20 el bloque de la Villa del Río jugó la Copa del Rey, en la que puso contra las cuerdas a una Ponferradina que pasó ronda tras ganar por la mínima (0-1) en el campo de Santa Eulària.

La Peña Deportiva fue fundada el 31 de marzo de 1935. Desde el inicio ya contó con un equipo de fútbol, que jugó un primer amistoso con el Ibiza el 19 de mayo de 1935, en el acto de presentación oficial de la nueva sociedad. El estallido de la Guerra Civil, en julio de 1936, frenó en seco la actividad de la Peña, que se retomaría años después (aunque con algún parón que otro).

La Peña Deportiva debutó en Tercera en la temporada 1985-86 y finalizó en la octava posición. Tolo Darder era el entrenador de aquel equipo y la mayoría de los jugadores eran de la isla. Desde entonces, nunca ha descendido a Regional y siempre ha sido de los equipos punteros en la categoría, un referente del fútbol de Balears.

La primera vez que jugó en Segunda B fue en la campaña 1993-94, a la que accedió para ocupar la plaza de la SD Ibiza, descendida por impagos. El bloque peñista no pudo retener la plaza en la categoría de bronce y también bajó a Tercera División. Una competición en la que celebró su primer título en el ejercicio 2003-04, éxito que se repetiría en las temporadas 2005-06, 2012-13 y 2018-11. Además, ha sido tres veces subcampeona (campañas 1992-93, 2009-10 y 2013-14).

Entre medias de estos logros en Tercera la escuadra peñista tuvo dos participaciones más en Segunda B, ambas con idéntico resultado: el descenso. Fue en los cursos 2008-09 y 2017-18 (acabó decimonoveno en los dos).

Una historia que ha cambiado, de forma radical, en esta temporada 2019-20. La Peña ha demostrado un estilo y una identidad propias, con las que se ha ganado el respeto y la admiración de todos su rivales. Basta ver las declaraciones de Óscar Cano, entrenador del Castellón, en rueda de prensa tras el partido frente a los peñistas: «Mi enhorabuena a toda la Peña. Son, de verdad, una maravilla», declaró el técnico granadino, que sufrió en sus carnes el ímpetu y las ganas de un equipo que, además, no hay que olvidar el sello local que tiene el bloque santaeulaliense.

Cuatro ibicencos en el once

No en vano, el mayor ejemplo de ello es que en el partido ante el Castellón jugaron cuatro ibicencos de titulares: Torres, Cristian Cruz, Pepe Bernal y Marc Fraile.

El día ante el Marbella fueron los mismos excepto Cruz, que no pudo ser alineado al encontrarse sancionado. Una forma de hacer vínculo con la isla y con el pueblo de Santa Eulària. Porque la Peña es un sentimiento.