Julián Córdoba es el vocal de asignaciones de la Junta Insular de Fútbol y ayer admitió que los árbitros de Balears tienen desde hace tiempo potestad para parar y suspender los partidos de fútbol en los que consideren que hay violencia verbal y racismo por parte de los espectadores, pero considera que el protocolo de actuación de los colegiados está «poco definido». «En las Pitiusas ya se han suspendido algunos partidos por estos motivos, pero pienso que no está lo suficientemente reglado cuándo y por qué debemos intervenir para detener o dar por acabado un encuentro de fútbol, aunque también tengo que reconocer que el Comité de Competición respeta siempre nuestras decisiones», comentó ayer Córdoba.

El vocal añadió que sería aconsejable promover una campaña de concienciación para «toda la gente del fútbol» y también para «los aficionados». Asimismo, añadió que en ocasiones son los propios delegados de los equipos los que «no cumplen con sus obligaciones» y que en muchos casos es porque «desconocen su cometido».

Por último, Julián Córdoba admitió que las iniciativas de las federaciones para acabar con la violencia son «necesarias» porque en su opinión en el fútbol actual hay demasiados «conflictos».