La cuarta derrota consecutiva de la UD Ibiza, primera con Juan Antonio Anquela en el banquillo, y el pobre bagaje obtenido a estas alturas de Liga obligan a redirigir las responsabilidades de la crisis hacia la plantilla y al menos, por lo visto hasta ahora, hacia quien la confeccionó el pasado verano.
Futbolistas con galones en el plantel celeste como David Goldar, Alejandro Gálvez, Pape Diop, Nolito, Coke, Sergio Castel, Darío Poveda o Gonzalo Escobar –un coladero por su banda en las dos últimas jornadas– están rindiendo a un nivel muy inferior al esperado. Ellos son algunos de los señalados, aunque no los únicos, por el pésimo inicio liguero del equipo después de cosechar una nueva derrota, la octava en 13 jornadas.
La senda negativa de los isleños y las malas sensaciones que transmitía el equipo se cobró la baja del preparador vallisoletano Javier Baraja, pero el nuevo varapalo sufrido en Burgos, ya con Juan Antonio Anquela en el banquillo, revela importantes lagunas en el diseño de la plantilla a cargo de Miguel Ángel Gómez.
La apuesta por jóvenes demasiado jóvenes –Martín, Álvaro, Javi Vázquez, Isma Ruiz, Iván Morante, Azeez, Bogusz, Armando y Suleiman rondan los 20 años– y veteranos muy veteranos –Nolito, Coke, Fran Grima y Pape Diop superan los 35; Gálvez tiene 33–, la mayoría sin experiencia en Segunda División, se está demostrando insuficiente para la categoría transcurridas las 13 primeras jornadas de Liga.
Es cierto que Anquela tiene crédito para intentar elevar el rendimiento de los futbolistas, pero también lo es que Baraja no logró gestionar con éxito un vestuario con 27 integrantes que aspiran a la titularidad. Algo inusual en la mayoría de clubes, pero obligado en la UD Ibiza –en opinión de los rectores celestes– al carecer de un filial de ciertas garantías (el ‘B’ compite en Regional).
En este primer cuarto de competición, la UD Ibiza ha dado muestras de una alarmante fragilidad en ambas áreas, donde se deciden los partidos, y los pesos pesados del equipo antes citados tampoco fueron capaces de revertir la situación en El Plantío. Aunque el equipo compitió y tuvo fases de buen fútbol ante el Burgos, las desconexiones defensivas y la falta de colmillo en ataque precipitaron una nueva derrota que deja a los isleños al borde del farolillo rojo.
Por fortuna para los celestes, ninguno de sus acompañantes en puestos de descenso ganó. La Ponferradina cayó el sábado ante el Andorra por 3-0 y se mantiene un puesto por delante del Ibiza con 13 puntos. Por su parte, el CD Mirandés firmó tablas en Lugo (1-1) y se sitúa penúltimpo, mientras que la nueva derrota del Málaga CF, en casa contra el Eibar, le sitúa colista a dos puntos del equipo ibicenco.
Primera ‘final’ en Can Misses
El efecto Anquela no obtuvo réditos en El Plantío. Como consecuencia, el encuentro de mañana frente al CD Leganés, en el estadio Palladium Can Misses (21 horas), cobra tintes de ‘final’ para escapar del pozo del descenso. El técnico jienense, que se estrena en la UD Ibiza con tres encuentros en ocho días, apenas tendrá tiempo de levantar a la tropa y profundizar en sus consignas para tratar de dar un golpe de timón ante el ‘Lega’ que evite la deriva del equipo.
Los de Anquela afrontarán una cita clave con apenas 72 horas de margen desde la derrota en Burgos, con el incómodo viaje de vuelta incluido, por lo que vuelven a ser los futbolistas los encargados de reivindicarse y demostrar que tienen más nivel del que han ofrecido hasta el momento.
La expedición ibicenca regresó ayer por la mañana a la isla y desde las 15 horas llevó a cabo su primer entrenamiento con vistas al Leganés. Hoy está prevista una nueva sesión matinal en Can Misses-3 y, mañana, una activación horas antes de tener que rendir cuentas ante su afición.
