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Obituario

Franck R. Tassi: La mecánica del escultor

El artista francés fallece en Ibiza a los 79 años

Franck R. Tassi, con una de sus obras.

Partes de motores, tubos, engranajes, complementos de moda, chatarra, trastos encontrados en la calle... cualquier objeto podía servir para poner en marcha la maquinaria de la imaginación y la creatividad de Franck R. Tassi, fallecido el pasado viernes en Ibiza, a punto de cumplir los 80 años, por los problemas coronarios que arrastraba. Con los objetos creaba esculturas en ocasiones dotadas de movimiento y luz y siempre con guiños a la ciencia ficción, el surrealismo y el sentido del humor, que consideraba «la forma superior de crítica».

Una selección de ellas se pueden ver aún en la exposición ‘Escultura futura’, que inauguró el pasado mes de marzo en la sala del auditorio de es Caló de s’Oli de Sant Josep y que seguirá abierta hasta el 29 de mayo, como estaba previsto, según el acuerdo al que han llegado la familia del artista y el Ayuntamiento de Sant Josep. En ella y a través de 40 obras resume su carrera artística, desde mediados de los años 70 hasta los últimos meses, porque la muerte le ha pillado al pie del cañón.

La comisaria de esta muestra, Nuria del Río, aseguraba ayer que la había abierto «con toda la ilusión». «Estaba muy contento, había restaurado toda la obra para que estuviera impoluta y tenía casi urgencia por montarla. Es un homenaje a su figura, porque quedó una exposición excepcional, un resumen de su obra, gracias a la implicación del Ayuntamiento y en particular de Gerardo Marín. Además tuvo la oportunidad de comentarla con alumnos de la Escola d’Arts que fueron a verla y estaba entusiasmado. No imaginábamos que se fuera a ir tan pronto».

Franck Tassi nació en Niza en 1942, y comenzó estudios de ingeniería electrónica antes de recalar en Ibiza y quedarse a vivir en la isla con solo 23 años, en 1965. Como tantos otros jóvenes empezó a trabajar en el sector turístico y comercial, pero ya en los 70 utilizaba su tiempo libre para ir creando sus obras, tanto pinturas como pinturas escultóricas y esculturas, siempre en busca de la belleza y marcadas por su gusto por la robótica.

«Estaba muy contento, había restaurado toda la obra para que estuviera impoluta para la exposición y tenía casi urgencia por montarla. Es un homenaje a su figura, porque quedó una exposición excepcional"

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De hecho, muchas de sus esculturas giran en torno al concepto de humanoide, ya sean de cuerpo entero, bustos o cuadros en tres dimensiones. «Todo el trabajo de Tassi es un homenaje al mundo de la robótica», destacaba Nuria del Río el día de la inauguración. «Por muy futurista que parezca la idea del androide, es un icono no muy frecuente, pero sí recurrente en la historia del arte», señalaba Del Río, que destacaba que algunos de esos androides tenían rostros reconocibles, como el de la diosa Tanit o el de Mao Tse Tung.

La comisaria advertía de que a través de sus obras el artista francés no se limitaba a mostrar la belleza que encierra la tecnología, sino que invitaba al espectador a reflexionar sobre diversos asuntos, como el lugar que ocupa el hombre en el mundo o la fiebre consumista de la sociedad actual.

El artista se declaraba en su web «interesado por las relaciones existentes entre el hombre y el cosmos o las relaciones del hombre frente a la vida, a la sociedad o a la técnica».

Residente en Cala de Bou

Tassi residía desde hace años en Cala de Bou y fue el Ayuntamiento de Sant Josep el encargado de dar la noticia de su fallecimiento, en una nota en la que daba el pésame a su familia y amigos. «En Cala de Bou, donde residía el artista, quedará para siempre su huella y los que han colaborado con este creador inquieto y autodidacta lo tendrán siempre en el recuerdo por su energía y su perenne sonrisa», expresaron desde el Departamento de Cultura de Sant Josep. La Corporación municipal invitaba en la nota a la ciudadanía «a descubrir su talento desbordante, como la mejor manera de rendir homenaje a este josepí inquieto que, tristemente, nos ha dejado».

En los últimos años había expuesto en numerosas salas de Ibiza, tanto en muestras individuales como colectivas, una muestra de ese sentido el humor que cultivaba es el título que eligió para la que abrió hace ya una década en el Far de ses Coves Blanques de Sant Antoni: ‘Viva yo’.

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