En el verano de 1977, se cometió en Dalt Vila el conocido como 'Crimen de las marionetas', un asesinato del que fue víctima la alemana Ingeborg Schaefer, viuda del pintor Frank El Punto, y que se ha convertido en uno de los casos más famosos de la historia criminal pitiusa. Ahora, cuatro décadas después, el director de cine Héctor Escandell y la periodista Cristina Amanda Tur están recopilando toda la información posible sobre este caso, que se cerró sin condena alguna, para preparar, paralelamente, un documental y un libro en los que puedan abordarse todos los aspectos del suceso, desde la personalidad y la historia de Ingeborg y Frank hasta la investigación policial, que condujo hasta dos sospechosos que jamás fueron juzgados.

Para ello, el director de cine y la periodista solicitan la colaboración de todas aquellas personas que puedan aportar algún testimonio, algún detalle, que pueda contribuir a completar la información de la que ya disponen. Buscan a personas que conocieran a la pareja o a los dos hermanos que fueron sospechosos de matarla a ella con una máquina de escribir en su casa de la calle Santa María o que tal vez sepan el paradero actual de la hija de Ingeborg y Frank, Christiane Gerrit Schaefer de Rose. O tal vez que recuerden a los aviadores de la Luftwaffe o a otras personas con las que se relacionaran o puedan aportar algún dato que permita conocer mejor a los protagonistas de esta historia y el ambiente en el que se movían; cualquier pista será bien recibida.

Leyendas sobre el caso

El 28 de julio de 1977, el cadáver de Ingeborg fue hallado en su habitación, en su casa en Dalt Vila, con un gran golpe en la cabeza. El médico forense determinó que podía llevar 48 horas muerta. Tal vez tres días. Y la última vez que sus amigos la vieron fue el día 25, cuando asistió a una fiesta en Sant Agustí con unos compatriotas.

La Policía descartó pronto el robo y se llegó a la conclusión de que el asesino, o probablemente asesinos, se habían preparado la cena después de matar a la mujer. Ingeborg, viuda del pintor Frank El Punto, era conocida en la isla porque había instalado un teatro de marionetas, inaugurado el 22 de mayo de 1970, en su vivienda, y aún circulan múltiples leyendas sobre el caso que aseguran, erróneamente, que sus marionetas fueron halladas junto al cadáver o que la muerte de la viuda de Frank fue una venganza de los nazis que vivían entonces en la isla.

Quienes puedan ofrecer alguna información sobre cualquier aspecto de este caso, por nimia que pueda parecer, puede ponerse en contacto con Héctor Escandell y Cristina Amanda Tur al mail territoriocat@gmail.com.