Vicent Marí Prats, s'Estanyer, el primer alcalde de Sant Antoni en la democracia, impulsa la construcción de un 'hotel boutique' en pleno casco urbano de Sant Antoni, a tiro de piedra de la plaza de la Iglesia. «Es el sueño de mi padre», explica Josep Marí, su hijo, copropietario y director del hotel Bellamar, situado en plena bahía de Portmany.

El nuevo alojamiento se construirá en el solar donde hasta ahora se encontraba MP3, una tienda de juguetes y libros propiedad de la familia, en el número 15 de la calle Ample. El edificio ya ha sido vaciado y próximamente será totalmente derruido. De las dos plantas actuales pasará a tener tres, según detalló Josep Marí.

El edificio fue construido por Josep Marí Colomar, s'Estanyer, el último alcalde de la República en Sant Antoni, y allí vivió toda la familia hasta los años 80: «Mi padre tenía ganas de hacer algo con su vieja casa. Su idea -cuenta su hijo- es reactivar la zona para intentar atraer turismo de calidad a Sant Antoni».

Será un 'hotel boutique', un establecimiento urbano que desean «que tenga calidad y que sea algo diferente a lo que hay por el pueblo», si bien no son pocos los empresarios que están apostando por mejorar la planta de Sant Antoni. Juegan con la ventaja de que se encuentra relativamente alejado del West: «El carrer Ample, con los barecitos que hay, ha subido bastante de calidad. No tiene nada que ver con otros lugares de Sant Antoni. Pensamos que puede reforzar esa apuesta que hay en el pueblo por un turismo más tranquilo, más gastronómico», señala el director del Bellamar.

El hotel tendrá una categoría de cuatro estrellas: «No pretendemos el lujo que ahora está de moda en la isla. Pero sí queremos traer un perfil de cliente especial, como las parejas».

Aunque ya han «vaciado» la casa y queda poco para ser derruida, el proyecto del hotel «está aún en proceso embrionario», si bien Josep Marí ya tiene claro cómo será: «La idea es que esté abierto casi todo el año, a poder ser los 12 meses. Pero si hay complicaciones para hacerlo en el resto de la isla, imagina en Sant Antoni, que en invierno queda poco más que muerto».

Sus 30 habitaciones les permitirán ofrecer 60 plazas («un par arriba, un par abajo»): «El edificio se construirá totalmente nuevo, según los parámetros del plan especial de Sant Antoni, ya que la iglesia está a escasos metros. Seguirá -comenta- el modelo de la vicaría, por ejemplo, del tipo de balcones que tiene, de sus puertas estrechas...».

Un proyecto «romántico»

Un proyecto «romántico»

Respecto a ese plan especial, Marí indica que «es un poco restrictivo, pues obliga a una serie de condicionantes constructivos que limitan mucho cualquier cosa, pero quedará bien», asegura. Confía en que pueda abrir sus puertas y empezar a funcionar «en dos años, como poco». «Será en 2020, esperamos», añade.

«Mi padre siempre piensa mucho en Sant Antoni. Quizás, una empresa ajena al pueblo no compraría un local y haría este tipo de negocio en el centro de Sant Antoni. Para hacerlo necesitas tener un motivo sentimental. Es, en ese sentido, un proyecto bastante romántico. Queremos luchar por Sant Antoni», señala Josep Marí.