Después de la polémica subasta del año pasado, Sant Josep ha empezado a esbozar las líneas generales que regirán la próxima adjudicación de las concesiones en las 22 playas del municipio. Con carácter general, se buscará vincular los lotes a algún tipo de contraprestación en forma de servicios. La concejala de Medio Ambiente, Neus Marí, explica que lo que busca es «involucrar a los concesionarios en la gestión de la playa», aunque matiza que esta idea se desarrollará «más adelante», en el futuro pliego, a partir de que la Demarcación de Costas confirme los lotes que se van a solicitar.

A modo de ejemplo, Marí señala que se pueden valorar con «más puntos» las ofertas que incluyan actuaciones «todo el año, no sólo en verano», porque las playas reciben usuarios también en invierno. «No habrá concesiones puestas, pero se pueden hacer actuaciones de limpieza, entre otras cosas para dar mayor servicio», explica.

El Ayuntamiento persigue que los concesionarios adquieran conciencia de que prestan «un servicio público», y puntuar más a quienes comprendan que ello va más allá de los límites de su lote.

Estudio de capacidad de carga

El estudio de capacidad de carga que se presentará en unos días analiza el impacto sobre el entorno y la carga ecológica que soporta la costa por la presión humana. Analiza la existencia o no de residuos y vertidos. También la problemática de ruidos que pueda existir, incluso por actividades no vinculadas a las concesiones, como es el caso de los restaurantes.

Este diagnóstico da la pauta para una gestión «más sostenible y eficaz», según Marí, que destaca que el verano que viene estará en vigor la ordenanza que «permite parar al momento» la música y precintar el equipo de sonido de forma cautelar en caso de infracción, «algo que no había pasado nunca antes», apunta.