Ayer a las 17 horas, la central térmica de Endesa de Vila emitía a la atmósfera 91 toneladas de CO2 a la hora. El equivalente a las emisiones de medio millón de coches diésel para recorrer un kilómetro, o a la cantidad de gases que generarían 36.400 automóviles al quemar un litro de gasóleo cada uno. Sólo en una hora. Eso sin contar otras sustancias contaminantes que también generan los descomunales motores de gasóleo de la central al quemar fuel, como el dióxido de nitrógeno o el azufre. Y cuando sopla una «ligera brisa del sur» la humareda de ese gigantesco tubo de escape apunta de lleno a las zonas de sa Blanca Dona, s'Olivera y parte de Puig d'en Valls, y a los colegios en torno a la central, con más de 2.000 alumnos, que denuncian que en los últimos meses los malos olores son una constante.

Más allá del fuerte olor a combustible, en algún caso ha habido niños que se han quejado de mareos, que los docentes también relacionan con estos episodios. Por ello, tanto en los institutos de Sa Blanca Dona e Isidor Macabich como en el colegio de esta zona han asumido la queja y sus responsables han firmado un escrito conjunto, que se remitió hace unos días tanto al Ayuntamiento de Ibiza como a las conselleries de Medio Ambiente y Territorio (de la que depende la dirección general de Cambio Climático del Govern).

Desde Vila explican que informaron de la situación a Endesa «a través de la plataforma de incidencias» que tiene la eléctrica para las administraciones. También se ha remitido una carta a la dirección general y el alcalde, Rafa Ruiz, manifestó su «preocupación» tanto al director general de la compañía en Balears, Ernesto Bonín, como al conseller Marc Pons. «Nos consta que la conselleria de Territorio, Energia y Movilidad lo tiene presente», añadió una portavoz.

Análisis en el terreno

Por su parte, la compañía eléctrica explicó que desde el pasado jueves dan «por solventada la situación». Tan pronto como llegó la queja vecinal, se desplazaron los equipos de control de calidad del aire, que no detectaron «absolutamente ningún valor fuera de lo normal». Tras estas mediciones, los vecinos «dejaron de percibir ningún olor», y no ha habido nuevos avisos. Esta portavoz también aseguró que desde la compañía se pusieron a disposición de estos vecinos e hicieron extensiva la oferta también «a los centros escolares» para realizar nuevos controles si aprecian nuevos olores extraños. De todos modos, ayer se decidió seguir realizando controles «junto a la central».

A pesar de que desde la eléctrica no tuvieran ayer constancia, en el CEIP S'Olivera, que es el más próximo a la central -a medio kilómetro-, seguían oliendo «a petróleo», como decía su jefa de estudios, Maria Llenas, que admitía que sufren el problema, aunque no han sido tan activos para denunciarlo como ocurrió con las vibraciones que sufrían en el centro, también por los motores de la térmica.

En este caso la voz cantante la llevan el CEIP Sa Blanca Dona, el IES homónimo y el IES Isidor Macabich, los que han dado el paso de denunciar las molestias que sufren sus alumnos, coordinados con vecinos de esta zona. La directora de este último centro, María José Molina, insiste en que «el olor es fortísimo». «Estamos preocupados porque esta es una zona escolar y esto ocurre desde hace semanas», por ello no descartan llevar la situación «ante Sanidad». Isabel Cardona, al frente del colegio, situado a unos 600 metros de la central, comenta que «hace dos días» que en el centro no hay olores, porque el hedor llega «cuando sopla una brisa suave del sur».

Endesa reiteraba ayer que no ha habido «ningún cambio» en la operativa de la central que pueda explicar el aumento de las molestias. De hecho, los generadores diésel son la principal fuente de generación de electricidad en la isla. Ayer mismo, a media tarde, el 82% de la luz consumida en las Pitiusas, 130 megavatios/hora, procedía de la combustión del fuel, mientras que sólo el 15% se obtenía de las turbinas de gas, según datos de Red Eléctrica, a pesar de que la central tiene capacidad para cubrir la demanda con esta fuente más limpia.