El XVI Salón del Vehículos de Ocasión se clausuró ayer en su emplazamiento provisonal del Boulevar Abel Matutes tras haber mostrado al público durante el fin de semana un centenar de automóviles de segunda mano, así como otro tipo de vehículos. El objetivo ha sido animar un mercado que en Ibiza «todavía tiene margen para crecer», según explicó el presidente de la patronal del sector, Miguel Ángel Escandell.

Aunque la jornada se desarrolló con escasa asistencia de público por los sucesivos aguaceros que descargaron sobre la ciudad, la asistencia se animó cuando las nubes dejaron paso a los claros y este céntrico paseo cobró la vida que esperaban sus organizadores. Todoterrenos, turismos, SUV o algún automóvil de lujo, como un espectacular Mustang de 2007 que se vende por 18.000 euros, han sido expuestos durante los dos últimos días. Varios miles de personas han pasado por la feria, si bien Escandell confía en regresar el año que viene a su emplazamiento habitual, el recinto ferial de sa Blanca Dona, que actualmente se encuentra en obras.

El presidente de este sector recordó que en países como Alemania la venta de coches usados supera ampliamente a los nuevos, hasta el punto de que allí «se venden cuatro usados por cada uno o dos nuevos». En Ibiza, en cambio, «hay un margen de mejora bastante grande», admitió.

En todo caso, los empresarios de los vehículos de segunda mano consideran que «las ventas van bien», pero siempre a expensas de lo que sucede con los coches nuevos, que a su vez también presentan una fuerte subida en sus ventas desde hace unos años.

En cuanto a la presencia de híbridos y eléctricos en el mercado de ocasión, Escandell señaló que las cifras son todavía «muy pequeñas», aunque «la gente pregunta bastante por estos modelos». Pero, una vez más, para que en el sector de segunda mano haya coches de este tipo, es preciso que antes suban en el mercado de primera mano, recordó. Además, afirmó que los cargadores eléctricos instalados en la isla son todavía muy escasos.