-Los exoplanetas se han convertido en uno de los platos fuertes de la investigación en astrofísica. ¿Cuál es el próximo reto en este campo?

-El reto consiste en encontrar planetas que estén en la zona de habitabilidad de sus estrellas y sean de características similares a la Tierra. Queremos encontrar evidencias de la atmósfera de estos planetas y su composición química. Hay la posibilidad de que, por ejemplo, el planeta recientemente detectado en Próxima Centauri esté en condiciones de albergar agua líquida en la superficie, aunque hemos de conocer mejor las propiedades del planeta para poder afirmarlo. Y así con los demás que se puedan descubrir en estrellas más cercanas.

-¿Cuáles son los criterios que definen la zona de habitabilidad alrededor de una estrella?

-La zona de habitabilidad es el rango de distancias a la estrella en las que las condiciones de temperatura en la superficie del planeta pueden permitir la existencia de agua en estado líquido. Esta es la definición. Si un planeta se acerca mucho a su estrella, las temperaturas son tan elevadas que el agua pasa a fase de vapor, y si se aleja mucho, la temperatura disminuye drásticamente y el agua, si existiera, estaría en forma de hielo. Las condiciones para desarrollar la vida en la Tierra se facilitaron mucho por la existencia de agua líquida.

-Es decir, lo que se busca es agua...

-Efectivamente. El agua no es la única condición para formar seres vivos, pero es uno de los argumentos que hacen pensar en el desarrollo de un hábitat cómodo para la vida. Sabemos que hay otros hábitats que no son cómodos y donde también se desarrolla la vida. Por tanto, no podemos descartar que haya formas biológicas en circunstancias mucho más extremas. Los extremófilos son capaces de desarrollarse en la Tierra incluso en ausencia de agua, mínimo contenido de oxígeno, etcétera. La vida es rica en su capacidad de adaptación. Pero vaya, para nosotros, el desafío es encontrar un planeta azul, un planeta enano como el nuestro. Vamos a buscar el gemelo de la Tierra, también con una atmósfera. Pero no se descarta que por el camino se descubran otros tipos de planeta, pero el objetivo es es encontrar un planeta gemelo a la Tierra.

-¿Cuáles son las técnicas que se emplean para detectar planetas en otras estrellas?

-Hay dos técnicas que han permitido miles de detecciones de planetas. Uno es la medida precisa de la velocidad de las estrellas, porque si tienen un planeta, la velocidad de la estrella no puede ser constante, sino que va cambiando. Ese pequeño cambio, que es muy difícil de detectar, se consigue medir gracias al desarrollo de espectrógrafos superestables. En La Palma somos capaces de medir hasta 60 o 80 centímetros por segundo en la velocidad de las estrellas. Estamos hablando de la velocidad de desplazamiento de un ser humano. O sea, que una estrella que tiene cientos de miles de veces la masa de la Tierra, somos capaces de medir su velocidad media con esa precisión, y detectar así de forma indirecta si hay un planeta por el efecto que éste causa en el movimiento periódico de la estrella. La otra técnica es la de capturar eclipses causados por planetas que pasan por delante de su estrella. Esos eclipses se miden y permiten así establecer las características del planeta, su radio principalmente. Ambas técnicas, si se aplican al mismo sistema, permiten una caracterización completa del planeta: tamaño, masa, la separación a su estrella, la temperatura media...

-El telescopio espacial Kepler ha revolucionado la búsqueda de exoplanetas...

-Realmente ha sido un éxito rotundo de la NASA. Ha monitorizado más de 100.000 estrellas durante años para tratar de captar eclipses en unos pocos miles de ellas. Y se ha establecido una estadística de con qué frecuencia las estrellas pueden tener planetas. Cada vez hay más evidencia de que la mitad de las estrellas podrían tener sistemas planetarios.

-¿Qué nuevos descubrimientos cabe esperar del exoplaneta de Próxima Centauri, dado que está tan cerca de nosotros?

-Lo primero, intentar obtener la imagen visual del planeta. De hecho, uno de los objetivos de los telescopios gigantes que se están construyendo es intentar detectar la luz reflejada sobre planetas en las estrellas más cercanas. Es difícil, pero no imposible. Se necesita para ello cancelar la luz que emite la estrella porque es millones de veces mayor que la luz que refleja el planeta. No es imposible que con los telescopios actuales de ocho metros se pueda captar ese planeta, Próxima b, pero sin duda con el nuevo telescopio de 40 metros estoy convencido de que se conseguirá obtener una imagen de este planeta en la década que viene, si no se consigue antes con los actuales telescopios.