­Cuando acabe la temporada, el Ayuntamiento de Sant Antoni habrá realizado más de cien inspecciones en sus playas. De momento, en ninguna de ellas han constatado incumplimiento alguno en las concesiones. En dos de ellas, a mediados de agosto, el número de hamacas era casi el correcto. En algunas playas de Santa Eulària este año se han instalado menos elementos debido a la regresión de la arena, mientras que en Sant Joan conviven los dos extremos: una saturada Portinatx, con 72 hamacas de más, y el Port de Sant Miquel, donde el concesionario mima al turista de toalla.

Sant Antoni

Sin excesos en Cala Gració y s´Arenal

A las cuatro y media de la tarde del jueves 18 de agosto en Cala Gració hay 104 hamacas, nueve más de las que, según el Ayuntamiento, debe haber. Las tumbonas ocupan buena parte del espacio central de la arena. La zona que ocupan deja espacio más que suficiente para dos hileras de toallas, pero decenas de personas no tienen más remedio que quedarse detrás, a muchos metros de la orilla con un bosque de hamacas y sombrillas ante ellas. Las familias con niños renuncian a quedarse tan atrás. Algunos bañistas, además, al dirigirse al agua se encuentran con algunos de los letreros que, colocados en palos, delimitan el espacio y, resignados, rodean toda la concesión: «No está permitido permanecer dentro de los límites de la concesión si no es usuario» y «Está prohibido llevarse las hamacas fuera de su zona».

Casi una hora más tarde, en la playa de s´Arenal se pueden contar 432 hamacas, doce más de las autorizadas. Prácticamente todas están ya vacías y los trabajadores comienzan a recoger. Todas las concesiones están delimitadas con letreros. En este caso, sin embargo, todos recuerdan a los clientes que no se pueden sacar las hamacas fuera del espacio. Ninguno se dirige a los no usuarios.

El Ayuntamiento de Sant Antoni explica que, en lo que va de verano, se han realizado 68 inspecciones a los 20 lotes de instalaciones temporales del municipio, cuatro de ellas en Cala Gració y 48 en s´Arenal: «En ninguna se ha detectado exceso de hamacas». Las inspecciones continuarán hasta el 15 de octubre, cuando calculan que se habrán hecho más de cien. «Se realizan visitas diarias a las playas pero el cuenteo para levantar acta se hace quincenalmente», indican. El Ayuntamiento añade que el próximo verano se pedirá a los concesionarios que delimiten el espacio con cintas y se revisarán los carteles por si generan dudas, a pesar de que, insisten, no han recibido quejas. «El explotador tiene derecho a instalar sus hamacas en la zona por la que ha pagado y a solicitar a los usuarios con toallas que las coloquen fuera de ese perímetro. Lo que no pueden, en ningún caso, es impedir el paso dentro de la concesión», insisten desde el Ayuntamiento, que recuerdan que también deben dejar un mínimo de seis metros entre la orilla y la instalación de tumbonas. En el caso de Cala Gració, los técnicos han constatado que esta distancia es de diez metros.

Desde el Consistorio recalcan que se han revisado «una a una» las playas y «en las de uso más vecinal y dimensiones más reducidas, como Cala Gracioneta o es Caló des Moro se ha reducido este año la ocupación anterior en un 50%».

Santa Eulària

Cala Nova y es Figueral: menos arena, menos hamacas

Entre los pinos que preceden a la bajada a Cala Nova se cuentan hasta 30 hamacas sin colocar. Otra veintena permanecen también amontonadas sobre la arena. En las diferentes calas que forman la playa había 278 hamacas y 150 sombrillas el 18 de agosto a las once de la mañana. Bastantes menos de las que podría haber, según la concesión del Ayuntamiento de Santa Eulària: 335 hamacas y 164 parasoles. Todas ocupan los espacios más abiertos, no hay ninguna en las calas más pequeñas, reservadas exclusivamente para quienes quieren extender sus toallas sobre la arena. Lo mismo ocurre en la playa de es Figueral, donde una hora más tarde sólo estaban colocadas 380 de las 463 hamacas autorizadas y 187 de las 231 sombrillas.

En ninguna de las dos el espacio reservado a las hamacas está delimitado y sólo en es Figueral se han colocado los totems con la información concreta de cada concesión.

La concejala de Medio Ambiente de Santa Eulària, Antonia Picó, explica que en el caso de Cala Nova «no se han puesto todas las hamacas autorizadas por [la Demarcación de] Costas porque la superficie de arena se ha retraído». Además, explica que «el problema es que en cuanto pasa el mediodía el sol cae por el oeste, la gente mueve las hamacas y se queda bastante desorganizado el lote». Picó, que no explica cuántas inspecciones y con qué regularidad se han hecho este verano, reconoce que faltan elementos informativos en varias playas: «Tenían que ponerse este año, pero como al final se prorrogó un año la concesión de los elementos en playas, se ha esperado, por si hay que reducir elementos y tal vez reubicar lotes. Se pondrán una vez adjudicadas el próximo año».

Sant Joan

Saturación en Portinatx, sitio para toallas en Sant Miquel

En s´Arenal Gros de Portinatx, a la una del mediodía del 18 de agosto había 251 hamacas y 113 sombrillas. Unas cifras que superan con creces la cantidad autorizada, según confirma el Ayuntamiento de Sant Joan. En esa playa no puede haber más de 170 hamacas y 91 parasoles. El espacio que ocupan no está delimitado. A pesar de que algunas hamacas están casi pegadas al agua, en general hay espacio suficiente como para tres filas de toallas en primera línea de mar. Algunos bañistas que no han encontrado sitio en primera línea no dudan en ocupar con sus toallas el espacio que queda entre las hamacas. Nadie les dice nada, ni siquiera cuando despliegan su propia sombrilla entre los clientes. Los vendedores ambulantes ofrecen fruta con total tranquilidad.

Esto mismo ocurre en el Port de Sant Miquel, donde la concentración de vendedores ambulantes es notablemente mayor. También el espacio para los bañistas de toalla. A las dos del mediodía del 18 de agosto se cuentan 266 hamacas y 137 sombrillas, bastantes menos de las que el concesionario podría haber colocado. Según detalla una técnico del Ayuntamiento, la concesión es para 300 tumbonas y 149 parasoles. En primera línea de playa se pueden llegar a contar hasta cuatro filas de toallas y pareos. Y anchos. A pesar de que el espacio no está delimitado, ningún cliente ha movido las hamacas para ocupar los metros más próximos al mar.

Desde el Ayuntamiento explican que se hacen controles durante el verano, pero no especifican cuántos.

Mañana, segunda parte. Ibiza y Sant Josep.