Aunque lo suyo no son las rocas, ya que con sus finas patas le cuesta caminar por ellas, Ron pudo disfrutar ayer de un baño en la playa en la zona que el Ayuntamiento de Vila ha habilitado para perros en la costa de ses Figueretes. Yolanda, su dueña, leyó «en abril o en mayo» la noticia de esta iniciativa municipal y llevaba tiempo esperando que se permitiera el acceso. «Yo creía que sería frente al [restaurante] América», dijo ayer, cuando ella y su galgo de cinco años bajaron expresamente a pasear por el lugar, que les pilla «al lado de casa», y que discurre a lo largo de 360 metros entre las calles Quartó de Santa Eulària y Quartó de Balançat. Yolanda sostiene que está «muy bien» que los perros tengan este espacio en el que correr y bañarse; eso sí, lamenta que «no haya más arena» -hay en un pequeño tramo-. «Pero algo es algo», reconoce.

Allí en la playa Ron coincidió con Janis, una mezcla de border collie de ocho meses con la que compartió algunas carreras. Su dueño, Stevens, también opina que es una «buena idea» que los animales tengan un espacio donde estar. «Es importante que haya un sitio al que podamos ir, porque mucha gente en Ibiza tiene perros», agregó.

Unos minutos antes que ellos pasaron por la zona Lalo y Rayo, un perro de aguas de dos años que entraba y salía del mar correteando contento. Estaban de paso, aunque Lalo, quien no suele llevar al perro a la playa, aseguró que algún día se pasarían por allí a jugar.

Habilitado desde el viernes

Desde el pasado viernes, cuando salió el bando municipal, se puede acudir con los perros a este tramo costero, que está señalizado y delimitado y en el que se han colocado dos papeleras -una a cada extremo- y un único dispensador de bolsas. No obstante, antes ya había vecinos que llevaban por allí a sus animales y ese es precisamente el motivo por el que el Consistorio se decidió por esta zona al recibir las peticiones para habilitar un espacio para el baño de los perros, afirmó la concejala de Medio Ambiente, Montse García, durante la visita por el lugar.

«Hemos delimitado la zona, la hemos limpiado y hemos puesto los carteles», dijo García, quien recordó que desde el 31 de octubre y hasta Semana Santa, excepto los fines de semana y festivos, los perros sí pueden acudir a las playas del municipio. Ahora, en verano también podrán bañarse en este lugar, en el que la concejala aseguró que el sábado, cuando ella misma acudió, ya había gente con sus sombrillas.

Pese a la limpieza mencionada por la edil, tanto Yolanda como Stevens coincidieron en criticar los numerosos restos de vidrio que se habían encontrado durante el paseo con sus perros. «Está todo lleno de cristales y voy sufriendo, diciéndole ´por aquí, no, por aquí´», dijo Yolanda, que había hallado, además de los restos, hasta una botella entera. «Todavía hay muchos trozos de cristal; han hecho limpieza general pero no en profundidad», se quejó Stevens, que señaló que aunque la parte con arena estaba más limpia, no ocurría igual en la de rocas.

A este respecto, García insistió en que se había realizado una limpieza «de todo», incluso de plantas, y se habían recortado setos. Agregó que, en principio, dos días a la semana acudiría un operario a limpiar la zona -algo que inicialmente no estaba previsto en la contrata de limpieza-, si bien confió en el civismo de la gente para no dejar excrementos de los animales allí. Indicó también que está previsto que las dos papeleras que hay en cada extremo se cambien próximamente e incluyan el dispensador de bolsas -en la nueva contrata, el 30% de los contenedores tendrán estas bolsas-.

García no pudo concretar si más adelante podrían habilitar nuevos espacios para los perros pues, recordó, en Vila no hay muchas playas. Por el momento confió en que esta tenga «éxito».